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Capítulo 6.
"La mecánica de su pobre corazón"

El odio. ¿Qué es el odio? Según el diccionario, el odio es un sentimiento profundo e intenso de repulsión hacia alguien. Personalmente yo visualizo al odio en una sola y única palabra:

Miedo.

¿Miedo? Sí, efectivamente miedo. El odio puede generar aversión, sentimientos de destrucción y ocasionalmente autodestrucción propia pero cuando tu odias a alguien ese odio frecuentemente puede estar disfrazado en diversos aspectos; algunos puntos a evaluar podrían ser diversos, como desde el simple hecho de envidiar algo que tú no puedes tener o darte cuenta de que alguien es mejor que tú, pero también el odio puede ser visto como aquella sensación de angustia y desconfianza...

Lamentablemente nos resulta difícil llegar a aceptarlo debido a que existen factores que nos impiden ver más allá de nuestras narices y percatarnos de que muchas de las veces nos dedicamos a poner etiquetas a algo o a alguien cuándo ni siquiera somos capaces de analizar determinadamente la situación.

Me encontraba sentado en el sillón del director en compañía de los otros dos sujetos que habían insultado a Savannah King. Y por primera vez pude darme cuenta de que más allá de toda aquella ira y desprecio con la que ambos me observaban podía sentir que uno de ellos algo temía. Me dediqué a analizar sus movimientos cargados de nervios: movía el pie rápidamente, parpadeaba cada segundo, inclinaba la cabeza hacia el hombro repetitivamente y no dejaba de morderse las uñas.

Pero a todo esto... ¿Qué era eso a lo que tanto temía?

— No quiero entrar en detalles, así que lo preguntaré claro. ¿Quién fue el que desató la Segunda Guerra Mundial? —Preguntó el Director Steven mientras se acariciaba la barbilla.

Los tres permanecimos en silencio, lo que era de esperarse pero claramente ellos me delatarían primero así que preferí tomar el camino de la honestidad y declararlo yo mismo.

— Fui yo. —Me puse en pie y ante esto, el Director Steven me miró sorprendido. Segundos después me indicó que volviera a sentarme.

— Nicholas. —Permaneció en silencio mientras se dedicaba a estudiar mi aspecto y sobretodo reflexionar sobre mis antecedentes pasados para luego mágicamente deducir el tipo de clase de persona que yo sería. —Dudo que seas de esos chicos que deciden iniciar peleas cuando claramente tus notas son básicamente... perfectas, sin embargo debo admitir que estoy asombrado que hayas sido tú el que haya dado comienzo a este problema.

— Director Steven. Tal y como usted lo dice, no soy de esa clase de personas que les guste iniciar una pelea sin tener motivos suficientes pero he tenido que comenzar esta al notar que dos tipos sin valores y sin escrúpulos molestan a una pobre chica.

El Director Steven quién tenía sus ojos posados sobre mí, ahora los estaba clavando hacia ellos dos.

— Patrick y Roland. —Suspiró y sobó sus cienes. —¿Qué a caso ustedes no se cansan de meterse en líos?

— De cualquier forma no fuimos nosotros quiénes decidimos recurrir a la violencia. —Declaró.

— Roland, te pido de favor que no hagas comentarios que posteriormente se puedan usar en tu contra, sé perfectamente que sin duda alguna está no es ni tu primer pelea pero afortunadamente sí será la última a menos que quieras que te expulse definitivamente.

Una lágrima entre la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora