14.

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Capítulo 14.
"Una estrella fugaz"

A la mañana siguiente, cuando desperté por los pequeños rayos emitidos del sol que alcanzaban a irradiar todo mi cuarto, caí en la cuenta de que comenzaría mi gran trabajo, ese de intentar cumplir el sueño de una persona a la que tanto quería. Rápidamente, cogí mi celular que se encontraba justo encima de mi taburete y miré la hora, me percaté de que eran exactamente las 8:00 am, un tanto angustiado y anhelando que no estuviera dormido mi mejor amigo, empecé a redactarle un mensaje.

Espere alrededor de diez minutos, aguardando por su respuesta mientras me cepillaba los dientes.

Finalmente, decidido de que tendría que hacer todo yo solo ya que Eizen no contestaba a mis mensajes, escuché mi celular de repente vibrar, casi parecía ser que él había escuchado mis pensamientos.

Tomé el celular entre mis manos con fuerza y corroboré que se trataba de él. Fue inevitable no soltar una pequeña sonrisa al saber que no había olvidado su promesa para conmigo.

— Perdón por no atender tu mensaje hace unos minutos, pero supuse que necesitaríamos ayuda. —Escuché a Eizen chillar con emoción y ante esto, yo mostré una expresión de confusión.

— No logro entenderte. ¿A qué te refieres? —Hice un gesto desdeñoso.

— Me levanté muy temprano para ir en busca de personas que nos quisieran ayudar a construir el jardín. ¿O acaso pensabas que con nosotros dos sería más que suficiente? —Río incrédulo.

— Jamás paso por mis pensamientos. —Y era verdad. Había sido consciente de que cumpliría el sueño de Savannah costará lo que costará, sin embargo nunca me percaté del trabajo tan arduo que conllevaría.

— Bien. Te veré aquí dentro de veinte minutos, pero debes darte prisa. —Alcancé a escuchar algunos ruidos extraños. —¿Te encuentras allá?

— Adiós Nicholas. —Finalizó la llamada.

Tan pronto Eizen colgó, me apresuré hacia mi armario y sin siquiera tomar importancia no me molesto en que ropa decido escoger. Sintiendo que llevaba el tiempo encima, bajé las escaleras lo más pronto que pude y de repente caí en la cuenta de que mis padres no se encontraban desayunando como lo hacen comúnmente todos los días.

Tomé un papel y un lápiz, y escribí uno que otro garabato con la mano temblorosa una nota en dónde dejaba muy en claro el motivo de mi salida y concluí con un pequeño "Los quiero", quería hacerles sentir un detalle que tal vez ellos pasarían por desapercibido pero por lo menos para mí no sería de esa manera.

Finalmente, abrí la puerta con una inmensa felicidad, y después me dirigí al garaje para sacar las llaves del auto, las busque entre una diminuta maceta color café que se encontraba justo arriba de una pequeña mesita de madera, no pude evitar soltar una pequeña risita maliciosa, mi madre era muy buena escondiendo cosas que eran de mayor valor en la casa, y yo sin duda alguna, era muy bueno encontrándolas.

A veces, llegaba a sentir que era un criminal, pero de mi propio hogar.

Me apresuré a encender el motor, y mientras aguardaba unos minutos a que calentará, hice un gesto desdeñoso, y arqueé un poco la ceja en seña de admiración, si bien era completamente cierto que mis días aquí habían transcurrido bastante rápido, aún recordaba con demasiada exactitud el día en el cual el estado de ánimo de mi mejor amigo Eizen Ó Connor, no era el mejor y siendo yo consciente de eso, había decidido ir hasta ese asqueroso y horripilante lugar sólo para ayudarlo.

Era cierto, las personas arriesgábamos ciertas cosas solo para ver felices a otras.

Y como si fuera poco,varias preguntas comenzaron a surgir rápidamente dentro de mi cabeza. Mepregunté si verdaderamente en alguna circunstancia, por muy sencilla oinsignificante que fuera, Savannah King habría arriesgado algo por mí. De locual, por ahora no estaba muy seguro.

Una lágrima entre la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora