Dulce Tormento. [EDITADA]

•Capítulo 18

Margaret en multimedia.

Pov's Leah.

Después de besarnos por un largo tiempo, montamos a su auto y ahora me está llevando a mi casa. Aún tengo en mi mente el que me quiera en su vida, lo que no sé es en que sentido me quiere en ella ¿Cómo amiga con derechos? ¿Cómo amiga y amiga con derechos? Porque fuera de la cama también tenemos una amistad y es que Trevor me ha demostrado que es una muy buena persona y amigo. Pero creo que sería mejor cómo amigos, es verdad lo que me dijo Danna, no quiero esto y tampoco soy poco para tener algo así, entregar mi cuerpo así por así ya no me parece algo atractivo como antes y menos cuando él está con otras chicas antes de estar conmigo.

— Por cierto, ya tengo el dinero que te debo.- Digo buscando en mi bolso la billetera.

— ¿Cuál dinero?- Preguntó mirándome unos segundos.

— El del hospital.- Respondí extendiendo el dinero.

— No, no me debes nada.- me mira gracias a un semáforo en rojo.

— Claro que si, te dije que te lo pagaría y aquí está.- Bramé aún con el dinero en mano.— Por favor no insistas en que no porque ya has hecho mucho por mí.

— Leah...

— Trevor.- hablé mirándolo seriamente.

— Está bien.- lo recibe.— Eres muy testaruda.

— Si que lo soy.- después observé la ventana.

Estuvimos callados el resto del camino a mi casa.

— Gracias, Trev.- Dije dejando un beso en su mejilla, pero me quedo varios segundos ahí.

En cuanto me alejo toma mis mejillas y me da un largo beso.

— Siempre para ti, ángel.- Dijo con sus ojos aún cerrados.

Aquello me hizo sentir una extraña sensación en el estómago e hizo que mi corazón se acelerara.

— No podemos volver a lo mismo, Trevor.- susurré cerca a sus labios y mirando sus ojos.

Sin esperar respuesta bajó del auto y entro a mi casa lo más rápido que puedo. Una vez que cierro la puerta escucho su auto marchar.

¡Jesús! Ese hombre me va a matar.

Me dirijo a mi cuarto y una vez aseada me acuesto a dormir.

Pov's Trevor.

Me despierto y encuentro un delicioso desayuno servido en la cocina. Veo a Daphne botar unas bolsas de Starbucks a la basura y en cuanto me ve da un saltito.

— Hermanito, te he preparado...- alzó una ceja.— Si, está bien, lo compré.- rueda los ojos.— No quiero que estés molesto conmigo, pero entiende que ella no me cae nada bien. Prometo no volver a hacerle algo.