•Capítulo 42

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Pov's Leah

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Pov's Leah.

Termino de arreglar mi cabello y por último aplico perfume en mi cuello. Me miro por última vez en el espejo satisfecha con mi imágen y tomo mi bolso para salir de mi habitación.

A lo lejos voy escuchando la voz de Trevor conforme voy caminando por el pasillo para llegar a la sala donde está bebiendo una cerveza con Michael.

— Ya estoy lista.- Digo una vez en la sala.

La mirada de Trevor llega a mí y sus ojos brillan con una hermosa sonrisa en su perfecto y esculpido rostro. Se pone de pie y llega a mí abrazando mi cintura a la vez que besa mi mejilla.

— Estás preciosa, ángel.- Susurra cerca a mis labios.— Quiero besarte.

Paso mis brazos por su cintura y sonrío.

— Tú te ves muy guapo.- miro sus encantadores ojos.— Eso solo depende de ti.— dije a lo último ¿vamos?

— Vamos. Ya quiero saber eso para poder besarte.- entrelaza nuestros dedos.

Luego de despedirnos de los chicos, salimos del edificio para subir a su auto.

— Ángel, quiero contarte algo.- Busca mi mano y la entralaza con la suya.

— Cuéntame.- Digo mirándolo y beso su mano.

— Hoy fue Margaret al gimnasio.- Dice mirándome unos segundos.— Le dije que ya volvimos, sólo espero que lo entienda y se aleje.

— Yo también lo espero.- Digo mirando la ventana.— Ojalá que no enloquezca y me haga algo.

— Yo no dejaría que te toque un pelo, amor.- besa mi mano.— Te amo.

— Yo a ti.- Digo y beso su mejilla.

El resto del camino vamos en silencio y miro por la ventana. Cuando llegamos bajamos del auto y entramos al lindo restaurante.

— Me encanta este lugar.- Digo con una sonrisa sintiendo el viento y la frescura del ambiente gracias a que estamos en la terraza.

— Lo sé, ángel, por eso te he traído aquí.- Dice con una sonrisa y besa mi mano.

— Gracias.- Sonrío.

Mientras cenamos hablamos y reímos un poco. Hablamos sobre lo que pasamos estos meses y sobre Sergey, también le hablé sobre mi fe y que estoy asistiendo a la iglesia, que mi vida ha dado un giro y ahora veo con más claridad. A Trevor le agradó mucho y dijo que también quiere conocer más a Dios, por lo tanto me dijo que no tiene ningún problema. Le expliqué que no quería besarle sin antes hablarlo para dejar todo claro porque en mi vida primero está Dios, me dijo que también pensaba que primero debe estar Dios para que lo demás venga por añadidura. Pero el ambiente se tensa un poco ante la mención de nuestro hijo fallecido.

— No quiero dañar el momento, pero siento que es un tema que debemos cerrar.- Cierra sus ojos fuertemente.— Quiero disculparme de nuevo contigo por no estar para ti, por haber tomado esa actitud distante. De verdad yo ya amaba a nuestro hijo.- Habla con dificultad y sus ojos se llenan de lágrimas.

— Amor, ya dejemos eso en el pasado, no a nuestro hijo, sino a los errores que cometimos.- Tomo sus manos.— Ya te he perdonado.

— Si, ángel, tienes razón.- Besa mis manos y me mira a los ojos.— Yo... Quisiera que intentaramos tener una familia.

Quito mis manos y recuesto mi espalda en el asiento.

— Trevor, no creo que...- comiendo a hablar sin saber que decir.

— Amor, yo sé que...- Habla pero empieza a llover duro de repente interrumpiéndonos.

La sombrilla que nos protegía del agua, no bastaba y alcanzamos a mojarnos, así que todos los que estabamos ahí nos pusimos de pie para entrar. Trevor pagó la cuenta y nos fuimos a su casa. La lluvia no se detuvo en todo el camino.

Cuando llegamos a su Pent-house nos cambiamos, ya que estábamos empapados y después de una ducha caliente, hicimos chocolate y vimos una película arrunchados en la sala de cine.


Al día siguiente.


Tuve que venir a ver a mi madre porque está algo indispuesta y Rachel aprovechó para venir conmigo para visitar a mi tía. Con Trevor todo fue perfecto, esta mañana desayunamos juntos y prometimos vernos en la noche. No queremos separarnos pero el deber nos llama.

— ¿Leah, tú si volviste a ponerte el jadelle?- Pregunta mi prima al ver mi mueca al oler la comida.

— Chanfle, no.- Respondí.— Pero yo tomé la pastilla del día después la vez que estuve con Trevor en esa oficina.

— ¿Por qué no te lo pusiste? ¿Será que sí sirvió la pastilla?— abrió más los ojos.

— ¡Chanfle!- Pongo la mano en mi frente.— No lo hice porque no estaba con nadie así que decidí dejarlo para después.

— Pues déjame decirte que hay señales de que lo estás.- Dice mirándome.— No creo que te haya servido.

— Tiene que servir.- Me pongo de pie preocupada.

— Joder, Leah.- Reprocha.— Vamos a comprarte la prueba.

He estado sintiendo algunos síntomas, algunas comidas no me agradan, no soporto su olor. Náuseas como tal no he sentido pero si mucho cansancio y los olores. No quiero hijos, ya no quiero.

Tomo el dinero y salimos de casa. Caminamos a una farmacia que hay cerca y entramos. Rachel le pregunta si la pastilla es 100% confiable a lo que dice que no.

Rachel me mira y después al señor.

— ¿Usted nos podría vender una prueba de embarazo?- Pregunta y la miro negando.

— Rachel...- Me mira y asiente.

— Claro.- El señor va por la prueba y se la pasa.— Es la mejor marca. Ahí hay un baño por si se la quiere hacer ya.

— Muchas gracias.- Dice mi prima.— Vamos a salir de esto.

Niego pero hala mi mano y me lleva al baño.

— Te espero, es mejor que salgamos de dudas ya.- habla entregandome la prueba.

Suspiro y lo recibo con manos temblorosas. Cierro la puerta y respiro hondo antes de hacerla, cuando la hago salgo y se la paso con manos temblorosas.

— No quiero ver.- Digo nerviosa.

Pasan los minutos y Rachel abre la boca y me pasa la prueba.

— Joder, no quiero ver.- Digo con voz temblorosa.

Miro la prueba y sale positivo. No puede ser, no puede ser, no puede ser, no puede ser.

Después de pagar la prueba y salir de la farmacia, aún sigo sin decir nada, estoy en shock, yo no... No quiero esto, no quiero pasar por el horrible dolor que pasé.

Pero el sonido de unas llantas rechinar me sacan de mi shock y en cuestión de minutos estoy en una camioneta y un hombre que no alcanzo a reconocer pone un pañuelo en mi nariz y pierdo la conciencia.







¡Hola, bellezas! He dejado un mensaje en mi Instagram, no puedo actualizar cada fin de semana por cuestiones de la U. Estoy llena de trabajos y por eso solo puedo actualizar una novela cada fin de semana. Lo siento. 😭

Chau, babes!

Dulce Tormento. [EDITADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora