•Capítulo 23

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Pov's Leah

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Pov's Leah.

Las cosas con Trevor van de una forma increíble. Ayer pasamos toda la tarde juntos, ya que no tenía clases y el día anterior estuvimos con sus amigos.

Trevor me ha ayudado a mantenerme tranquila por todo el asunto de mi madre y la demanda contra su esposo. Ayer estuve más pendiente de mi mamá y hablamos por horas por vídeo llamada. Mi madre está más tranquila y me está apoyando más que nunca con toda la situación que pasó hace años.

Salgo de la Universidad feliz porque es viernes y el fin de semana es largo por lo que el lunes es festivo. Llamo a Trevor para avisarle que salí más temprano e iré con los chicos y Rachel a comer algo.

— ¿Hola?- Contesta una voz femenina.

— ¿Con quién hablo?- Pregunto con el corazón acelerado.

— Con Camila, Leah.- Responde.

La línea queda en silencio unos segundos y suelto un suspiro.

— ¿Y Trevor?- Pregunto manteniendo la calma.

— Está ocupado, muy ocupado.- Responde con un tono de doble sentido.

— Dile que lo llamé por favor.- colgué la llamada.

No quiero pensar lo peor, pero por más que quiera me es inevitable.

— ¿Qué pasa?- Pregunta Rachel llegando a mi.

— Llamé a Trevor y contestó Camila.- Respondí.

— Joder, esa mal nacida como siempre y ¿Trevor que diablos hace con ella? Se supone que estaba furioso por lo que te hicieron.- Habló molesta.

— Lo sé, lo mismo me pregunto yo.- apreté los dientes.

En ese momento llegan los chicos y nos dirigimos al restaurante que hay cerca a la Universidad. En todo momento no puedo dejar de pensar en Trevor y si me está engañando, para mí es inevitable no pensar en eso.


Pov's Trevor.


Rodeo los ojos ante los chillidos de Camila y sus quejas. Tuve que venir a su apartamento, ya que me llamó porque estaba muy enferma con un dolor en la parte baja del estómago. Al principio pensé que eran cólicos menstruales, pero resultó ser un dolor diferente. Le dije tres veces que le dijera a otra persona, a Daphne o a otros de mis hermanos, pero insistió en que ya los había llamado y ellos no habían podido, así que no tuve otra opción.

— Iré al baño y después traeré el agua tibia.- Dije me paro de su cama. Ella se encontraba acostada y yo sentado a su lado midiendo su temperatura.

Maldigo el haber dejado mi teléfono en su mesita de noche, pero no creo que cometa una tontería.

Después de salir del baño me dirijo a la cocina por el agua tibia y tomo un paño. Llevo todo a su habitación y dejo la olla en el suelo. Me siento en la cama y mojo el paño con el agua tibia mientras Camila alza su blusa. Pero al alzar la vista la veo sin la blusa y con sus senos al aire.

Dulce Tormento. [EDITADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora