•Capítulo 37

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En multimedia Sergey Vólkov.

En multimedia Sergey Vólkov

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Pov's Leah.



Llegó el sábado, el ansiado sábado y me levanto con una sonrisa en el rostro. Entro al baño y me aseo. Una vez aseada salgo del baño y me pongo ropa cómoda.

Rachel se levanta y me prepara el desayuno, después se va a duchar y una vez listas salimos del apartamento. Me llevará al aeropuerto.

— Estás loca.- Niega.

— Lo sé.- Suelto una risa.

Al llegar me acompaña hasta la sala de espera y cuando hacen el llamado para abordar el avión, nos ponemos de pie.

— Te deseo el mejor viaje, cuídate.- Me abraza.

— Lo haré.- Digo sonriendo.

— Te amo, loca.- se separa.

— Yo más.- Vuelvo a abrazarla.

Luego de unos abrazos más, me despido del todo y camino hacia la azafata. Paso mi tiquete y entro al pasillo para subir al avión.

A vivir una nueva aventura, Leah.

Esto va a ser una locura.- Dije para mi misma.

Horas después llego a Las Vegas y me dirijo a tomar un taxi, una vez tomado, me dirijo al hotel.

Al llegar miro la habitación y no está nada mal. Dejo la maleta en un rincón y me dirijo a la ducha para tomar un baño. Una vez lista de vuelta, salgo para ir a comer algo.

Encuentro un pequeño restaurante y como algo ahí. Luego me dirijo al hotel para alistarme para la noche.

En la noche.

Entro al hotel "Wetsgate" y me dirijo al casino, quiero jugar un poco esta noche y después iré a la zona de baile. Miro con total asombro todo, es evidente lo lujoso que es este hotel, una noche debe costar miles de dólares.

Me dirijo al bar y pido un whisky, el barman asiente y va a prepararlo. Mientras miro a mi alrededor observando el lugar, hay muchos hombres jugando y también mujeres, algunas se ven que son millonarias y otras simplemente son acompañantes.

— Aquí está, señorita.- Escucho al barman.

Me doy la vuelta y doy las gracias con una sonrisa. Arreglo un poco el escote de mi vestido en mis senos, ya que se está viendo de más.

— Sergey.- Escucho una voz femenina reír y siento un empujón haciendo que mi trago se riegue un poco en mi vestido.

Alzo la mirada y veo a una chica mirándome con la boca semi abierta.

— ¡Ups!- Se limita a decir tapando su boca y suelta una risita.

— Has regado el trago en mi vestido.- Reprocho mirándola fijamente.

— Lo sé.- Dice y suelta una risa.

— Lana, mira lo que haces.- Reprocha una voz fuerte y profunda.

Miro al susodicho y me encuentro con un guapo hombre de unos treinta años, vestido en traje formal. Muy guapo.

— Te ofrecemos una disculpa, bella dama.- me mira profundamente.

— ¿En serio, Sergey?- Pregunta la descarada.

— Me dijiste que tenías que irte.- La mira y su mirada no es nada amable.

— Sergey...- Empieza a decir.

— Lana.- Advierte.

Ella bufa y se va tomando su cartera de la barra.

— Te ofrezco otra vez una disculpa.- Vuelve a decir.

— No te preocupes.- Dije y sonreí.— Iré a arreglar este desastre.

— ¿Qué te parece si te invito a un trago después?- Pregunta.

Lo pienso un momento y sonrío.

— Está bien.- Acepto.— En seguida vengo.

Me doy la vuelta y camino hacia el baño, tomo papel y limpio mi vestido. Salgo del baño y vuelvo a la barra.

— Eres preciosa.- Dice aquel hombre.— Daría todo por tener una mujer como tú.

Sonrío y me siento en el taburete al lado suyo.

— Gracias, eso me halaga mucho.- Digo mirándolo.

— No te sientes, bonita, vamos a mi mesa.- le hace una seña al barman.

Asiento y me pongo de pie, posa su mano en mi espalda baja y me guía. Llegamos no a una simple mesa, no, a la zona Vip la cual era grande y como todo aquí, lleno de lujo.

— ¿Cuál es tu nombre?- Preguntó.

— Leah Sellers ¿Y el tuyo?- Pregunto de vuelta.

— Sergey Vólkov.- Responde.— ¿Es la primera vez que vienes?- Pregunta.

— Sí.- Asiento.— Digo, a Las Vegas no, pero aquí sí.- Respondí.

— ¿Qué deseas tomar?- Pregunta llevandome a un sofá para varias personas.

— Un Whisky.- Respondí.— Gracias.

— No es nada.- Profirió.

Llega un mesero y Sergey pide nuestras bebidas.

— ¿Y dime, Leah, tienes novio?- Pregunta mirándome.

— No, no tengo.- Respondo con una sonrisa.

— Perfecto.- Susurra.

En ese momento llega el mesero con las bebidas y las deja en la mesita del centro.

— Va a ser una larga noche, Leah.- Me observa mientras toma una copa.— Por una larga, diverida y excitante noche.

— Salud.- Sonrío y juntamos nuestras copas.

Apenas empieza esto.








¡Lo siento, lo siento, lo siento!😭
Sé que está cortisímo pero hoy me ocupé y tengo mucho sueño, no puedo más.

pero haré lo posible por subir dos o tres el próximo fin de semana. Además es puente. No digo que mañana porque mañana estaré ocupada.

Chau, babes!

Dulce Tormento. [EDITADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora