¿Algo mágico?

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- mi amor, hoy invité a los medios de prensa para darles a conocer algunos detalles de la boda - le dije a Emanuel, el me asintió y me tomó por la cintura, para darme un tierno beso - mi guapo, usted sabe que estoy completamente de acuerdo con que los invite pero no me agrada mucho, da igual, ya nos queda un mes para recordar esa fecha. Y adivine quién preparó la luna de miel? - me dijo eso y así que le dije muy emocionado - vos!, vamos a ir otra vez a Costa Rica? - él asintió y me alzó mientras me llenaba de besos.

Esto ha sido magnífico, un verdadero cuento, la boda perfecta con el esposo perfecto, con la luna de miel perfecta ¿qué más se puede pedir?, jamás creí en mi vida estar viviendo esto, tener una boda de semejante magnitud.
Durante la conferencia les di a conocer el lugar donde sería la boda y la fecha, los medios transmitían en vivo, unos realizaban preguntas sobre que se podía esperar de la fiesta, que también sería en uno de los salones contiguos, el dinero invertido era una brutalidad, yo aún no lo creía, y por ser el centro de atención las ganancias de los restaurantes aumentaron de manera exponencial.

Hasta el momento no quería saber de la decoración que realizarían, quería que fuera una sorpresa para todos, sólo se sabía que se había invertido millones de flores y decoración con telas.

La recta final empezaba, todos corrían para que cada detalle estuviera en su lugar, entre los pasteles, los trajes de nosotros, mis padres también se convirtieron en parte de la atención, los vecinos deseaban encontrar información e invitación a la boda, ninguno de nosotros esperábamos una vida así.

Mis padres, Mateo y Carlotta, ya estaban un poco mayores, mi madre a sus 60 años ya presentaba un grave desgaste en las rodillas, la casa la habíamos cambiado un poco, ya no estaban las escaleras, ahora casi todo tenía más rampas y amplias puertas por alguna eventualidad, mi padre, por otro lado, aún estaba en óptimas condiciones, a pesar de sus 63 años.

El día mágico llegó y era el día de la boda, casi no pude dormir, los diseñadores tampoco lo hicieron ellos me tenían al tanto por llamadas. Todos corrían para que todo quedara perfecto.

Emanuel y yo nos teníamos que ir temprano a Suiza, ahí era donde nos iban a vestir, así que en la mañana desayuné con mis padres ellos estaban muy emocionados, no podían creerlo que el momento llegaba, aún así viviera con él desde hace años pero si el momento era mágico y único que hay que vivir.

Me siento tan feliz y emocionado mientras a la vez con mucho estrés, no me puedo permitir que nada salga mal, pero lo único que debo hacer es respirar y dejar fluir.

Emanuel y Miguel se vieron y se fueron a almorzar juntos y juntos también se iban para Suiza, en el camino estuvieron hablando de lo perfecto que puede ser esto, los dos se amaban como locos, el amor que se tenían era más que intenso y fuerte, era algo que los unía como a nadie más, cada uno era el extremo de su hilo rojo, como si en una vida pasada ya fueron almas gemelas que se reencontraron en esta vida.

Cuando llegamos a Ginebra era el momento de despedirnos, nos dimos un gran abrazo y le dije en medio del abrazo - mi amor, mi vida, quiero verlo tan guapo ahora, con toda esa ropa que le voy a quitar apenas lleguemos a Costa Rica, se la voy a quitar fin mis dientes, a comernos la luna por que la miel ya nos la comimos hace bastante pero cada día que pasa me encanta más esa miel - en ese momento le di un gran beso y lo tomé por las nalgas, esas que tanto adoro, él solo rió y me subió las manos.

Una vez se despidieron toda la tarde fue de apuros para todos, ya quedaban solo horas, los medios de comunicación estaban en Suiza, otros estaban listos en el aeropuerto, desde allí iban a llegar la mayoría de invitados la zona de abordaje al vuelo privado estaba decorada también.

El precio del negocio - gayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora