Hijo de quién?

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La llegada de los jóvenes adultos a tierras italianas, estuvo inmersa por medios de prensa nacionales en el momento en el que el jet privado llegó, todos cuestionaban sobre el motivo del arresto sin embargo, su mismo abogado les recomendó no comentar nada, así que su salida del aeropuerto fue llevada a cavo por uno de los chóferes de la familia, quien los esperaba afuera e ingresaron directo al auto.

Hasta el momento no he podido hablar con mis padres, ellos deben de encontrarse muy preocupados, apenas llegue a la mansión los llamaré. Aun me cuesta trabajo procesar todo lo que pasa, amo a Emanuel y no lo voy a dejar pero logro ver un poco de decepción en su mirada, creo que él sabe que no me iré, pero se siente culpable por la vida que le tocó vivir y que me ha dado a mi, pero yo soy feliz con esta vida, amo esta vida junto a él, mi primer y único novio, pero no faltó más de aquellas aventuras que tuve con el desgraciado de Enrique, para definitivamente darme cuenta de que no amo a nadie más que a mi esposo.

Ahorita que vamos en el auto y lo tengo a mi lado reacciono de una vez y le doy un abrazo, el se sorprende y se sobresalta,para después abrazarme también. en esta vida no quiero a nadie más para vivir la vida en pareja, la vida de casados, sin embargo, ya vivíamos como casados.

entramos a la propiedad, y justo al bajarnos de auto, sale Delko junto a Carina y nos dice - chicos! perdón por lo que tuvieron que pasar, no era la manera más justa para que usted Miguel se enterara, pero mejor vamos a adentro y lo discutimos - tomo a Carina que se alegró mucho al verme antes de entrar decido llamar a mis padres, llamo a mi papá y él me contesta, me cuenta del desmayo de mi madre, pero ya está bien, fue solo la noticia. Una vez dentro, estuvimos hablando un rato de lo ocurrido, pero me despido para ir a casa de mis papás.

Una vez que llego, los abrazo y ellos me invitan a almorzar. me preguntaron por lo ocurrido y lo pensé un momento, pero es mejor no contarles aun, de seguro entran en pánico nuevamente al saber que su hijo se va a hacer un lavador de dinero junto con su actual esposo por culpa de su suegro.

Veo a mis padres y es ahí cuando me nace una enorme pesadilla, no volverlos a ver más, eso me pierde mientras los veo contarme las cosas que pasan en su día a día, los veo reír, pero cuando será ese día que ya no estén? todos somos parte de la muerte, nacemos para morir, así que mejor me concentro en el ahora, que es cuando los tengo, ya me incorporo a la conversación y el tiempo se nos va volando, así que me despido de ellos y no querían que me fuera, ni yo tampoco quisiera, pero ni modo, soy un hombre casado, con responsabilidades y ahora lavador de dinero.

Todo ha pasado de una manera en la vida de los Palumbo y los Moretti, pero ¿qué ha pasado por parte de los Geordano?, qué ha pasado con la mamá y los hermanos de Enrique?

Me entero por medio de las noticias de que en la mansión de mi hijo se dio un encontronazo de disparos, la verdad mi cuerpo tiembla, mis piernas me empiezan a fallar y ahí lo peor viene a mi, !mataron a mi hijo! lo grito con todas mis fuerzas, en ese momento estaba en la casa, mis otros hijos se acercan, preocupados, lloran también y dentro de la casa se vuelve una combinación de llantos, mis hijos temblaban y lloraban sin saber qué hacer, en ese momento una de las vecinas escucha lo ocurrido y entra a la casa, la abrazo, y empiezo a llorar más fuerte, mis adolescentes también se me aferran y todos lloramos. Después de que logran los demás vecinos calmarme, caigo a la razón, por esa era la razón que no me gustaba lo de la venta de droga, no por que fuera algo malo, porque en estos momentos de vulnerabilidad reconozco que tampoco fui una buena mujer, le fui infiel a mi marido varias veces, muchas por dinero, de hecho Enrique siempre dudé de que fuera hijo de él, y de fijo ninguno de los dos menores lo son.

Trato de pensar qué hacer, ya que más bien dicen las noticias que había pasado ya unos días de lo ocurrido, cuando escucho una voz que me dice "mamá?" ahí vuelvo a ver a la entrada y estaba Enrique ahí de pie, después de eso mi vista se nubló y hasta que despierto en mi cama y con Enrique a un lado viéndome preocupado, un momento, mi hijo no ha muerto, estoy muy confundida, pero por ahora lo abrazo desesperadamente.

El precio del negocio - gayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora