Simple amor.

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En estos dos años de los que se fue Miguel me he dedicado más al negocio de mi padre, tengo ya mi propio equipo de seguridad, pero nada cambia el hecho de no tener a Miguel.

Escucho el timbre sonar, qué raro mi padre no me dijo que esperaba a nadie, bueno debe ser que olvidó decirme, bajo las hermosas escaleras y camino hacia la puerta, cuando llego mi sorpresa fue muchísima, en el lumbral estaba la persona que habita y reina mi corazón, mi verdadero y único amor, en esos momentos no aguanté las lágrimas, lo amo, lo amo con toda mi alma, Miguel estaba frente a mi nuevamente, - prometo no irme nunca más, te amo y nunca voy a amar a nadie más - me dijo eso y abrí mis brazos para tomarlo y darle un gran abrazo, ambos llorabamos, eran lágrimas que salían de lo tan profundo de nuestras almas, espero nunca más perderlo, lo amo, daría mi vida por él, cada parte de él es perfecta, y cada parte de mi es de él. Cuando acabo el agarre des Pues de unos minutos, lo tomé por sus mejillas y lo llené de besos, besos llenos de sal por las lágrimas, pero los mejores y únicos que quiero dar.

- mi amor, Miguel te amo! Te extrañé! - a lo que él me dijo - perdón por irme una vez más, pero con esto reafirmo, lo que más deseo es estar contigo, sea donde sea, te amo, nunca antes me había dado cuenta que tanto te necesito, mi único y verdadero amor, mi amor que hasta más allá de la muerte nos unirá - con eso ya nos secamos las lágrimas y lo ayudé con su pequeño bolso, hasta que apareció mi padre y corrió a abrazarlo, también le dio la bienvenida, a mi papá también se le salieron unas lágrimas, podría jurar que mi padre lo quiere más a él que a mi que soy su hijo.

Cuando llegamos a la habitación y abrí la puerta, Carina saltó de su pequeña cama para correr a los brazos de Miguel, ahí él la alzó y entonces yo los abracé por la espalda, él me miró y me dio un beso, así es como deberíamos de ser siempre, una bella familia.
Después de aquel momento le dije - no quieres darte un baño antes de comer? - él respondió - está bien, me parece - entramos juntos a la tina, pero todo fue tan delicado, pero a la vez necesitado, nuestros cuerpos nos llamaban, una vez dentro, todo fue tan tierno, no hubo sexo, pero eso no es lo que nos hacia falta a los dos, era sentirnos, el tocar su delicada piel, aquella piel blanca que se mezclaba con la mía color chocolate, nos dimos varios besos y nos quedamos abrazados un tiempo.
-mi amor, vamos para comer algo - me dijo a lo que acepté y nos levantamos para vestirnos y luego bajar.

Mi padre ya estaba en la sala de estar contigua a la cocina leyendo un libro y una suave música lo acompañaba en su teatro en casa que llenaba la sala de una excelente armonía de sonidos.
- papá! Ven vamos a comer - lo llamé mientras también le pedía a la encargada de servirnos la comida, ella también le dio la bienvenida a Miguel, luego entró mi padre y se sentó con nosotros - así es como debe ser, unidos como un bella familia, es más y tus padres Miguel? - dijo mi padre, - aún no los he visto, tengo que ir a verlos - respondió Miguel - ahora vamos todos, ahí aún está tu mini Cooper, podemos ir en él - tomé espacio en la conversación, - cómo que aún está?, muchas gracias por todo en serio, los amo a los dos, mis padres y ustedes son mi familia - ahora fue mi momento de hacer un poco más amena la conversación - cómo que amas a mi papá? Ahora me vas a dejar por él?- todos reímos - no mi amor!, ahora nunca más te voy a volver a dejar - y me dio un beso y en eso llegó la comida y nos dedicamos a comer y reír un poco.

Luego de comer le pedí a Miguel que fuéramos a una de las terrazas, una vez ahí ya era momento de hablar algo serio - quiero que me digas qué fue lo que pasó para que te fueras - a lo que me dijo - a decir verdad ahorita me arrepiento de perder dos años más de estar a tu lado, pero lo que hizo que me quisiera ir fue que quise aventurar pero no fue algo que duró, nada más era eso, algo sin fondo en mi, no como tu amor que si tiene un gran fondo y peso en mi, pero prometo nunca más irme - fueron las mejores palabras que había escuchado, estaba seguro de que decía la verdad, lo notaba en toda su expresión; así que lo tomé y nada más lo abracé a lo que él respondió y fue un abrazo largo, nos habíamos extrañado mucho, espero que esta vez no se vuelva a ir, espero que la próxima vez que nos separen sea la muerte, que a su vez yo me iría con él, no podría vivir sin él, sin saber que nunca más lo volvería a ver, así de simple, sin más explicación, un enorme pero simple amor es lo que siento por él.
- Miguel, ese desgraciado de Enrique sabe que volviste conmigo? - le pregunté -no lo sé me escapé, pero estoy seguro que le da igual - no me quedé tranquilo con eso que me dijo, estoy seguro que a como todo narco es una ofensa que les quiten algo, le dije - no importa si le da igual, voy a aumentar la seguridad de la mansión - a Miguel no le pareció mucho la idea pero al final accedió.

El precio del negocio - gayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora