Si tan solo pudiera ir tranquilo el próximo año a la universidad, pero no es así, espero ver llegar el cartero día a día desde que me dijeron que empezarían a enviar los resultados de las becas, estamos hablando que reciben más de tres mil solicitudes y solo califican 200, y yo debo estar entre esos, porque si no, significaría el fin de mis estudios.
Ni mi madre ni mis hermanos pueden pagarme la universidad, tal vez, solo tal vez, si no se hubiese quemado la antigua casa, mis hermanos me ayudarían a pagar la universidad, pero no fue así, ahora apenas alquilamos en una ciudad lejana.
Deseo con toda mi alma que me aprueben esa solicitud, ahorita estoy frente a la puerta esperando que llegue el cartero, hasta que Marlene, mi madre, me dijo - Enrique, amor, hoy no va a llegar, el almuerzo ya está listo, se te va a enfriar. Dale tiempo eso es muy lento, además queda una semana más aún - yo me voltie para decirle - pero si no me dan la beca? Es la mejor Universidad de toda Italia - ella se me acercó más y me dijo - hijo, aún así no te acepten ellos lo dirán, aunque no te reconforte mucho mi respuesta, pero ten calma, que las mejores cosas son para los que saben esperar, vamos - me abrazó y fuimos a almorzar.
Cuando terminabamos de comer, el timbre sono, creí que esta vez era el cartero así que corrí pero cuando abrí vi a uno de los asistentes del señor Palumbo, Palumbo es el dueño de la casa, su asistente venia a cobrar este mes, en realidad al señor Palumbo no lo conocemos, ni el alquiler lo firmó él, mi madre lo atendió amablemente mientras yo solo me dirigía a mi cuarto.
Me tiré a la cama, y me dispuse a pensar. ¿Si no me aceptan?, si no logró tener mi carrera y poder ayudar más a mi madre? Y si lo que hago es traer más gastos a la casa?, si no logró llegar a tener aunque sea una pequeña casa propia? Eran tantas preguntas que dependían de un si o un no por parte de la universidad.De tanto pensar me quedé dormido, hasta que me despertó uno de mis hermanos, Franco, era el menor, tenía 7 años, quería que le ayudara con una tarea, era la última, ya estábamos a una semana de diciembre, y mi graduación fue hace dos semanas, fue tan emotivo ser el mejor promedio de mi colegio, y ver a mi madre llorar por el logro, aparte de mis cuatro hermanos también lloraban, es tan lindo ver lo unidos que somos, si mi padre pudiera haber estado ahí también lo haría sentir orgulloso, pero mejor no pienso más en él, ya está en mi corazón y su alma en un mejor lugar y no me voy a deprimir una vez más, así que me levanté y le ayudé a mi hermano.
Franco y yo compartíamos cuarto junto a mi otro hermano menor, Angelo, ya que en la casa sólo había dos cuartos y en el otro estaba mi mamá además, de que ese cuarto era realmente pequeño.
Mis hermanos mayores nos ayudaban pero ellos ya estaban casados, entonces no era mucho lo que nos podían dar por sus responsabilidades.He pasado tantas desgracias, y solo de pensar que hay gente que simplemente se preocupan por saber a cual país viajar en vacaciones mientras hay gente que, como mi mamá, no sabe si mañana podremos almorzar, o en mi caso de saber si podré seguir mis estudios, que dependen de una beca, de la decisión de otras personas.
La vida es cruel a veces, pero sé que algún día tendré bastante dinero y voy a ayudar a gente que pese lo mismo que yo.El resto del día pasó y en la noche hablé con mi mamá de poner las pocas cosas que nos habían dado de navidad, y eso habían sido los vecinos que sabían que se nos había quemado todo y estuvo de acuerdo pero que sería hasta la otra semana ya que ella empezaba a trabajar mañana.
Pobre de mi madre, ella es otra que ha pasado duros momentos, la muerte de mi padre, la quema de la casa, los padres de mis otros hermanos que no sabía ni quienes eran, ya que las dos veces fue alguien que conoció en un bar borracha, pero creo que aprendió la lección, bueno en realidad creo más en que no le alcanza y por eso ya no sale.Ahorita yo era el mayor de los que estábamos en la casa y espero dar orgullo a mi mamá y a mis hermanos, ellos deben seguir mis pasos ante el estudio, quiero que digan que quieren ser como yo y que se esfuerzan por serlo.
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El precio del negocio - gay
RomansaEl ser humano puede enloquecer por amor y dinero, de tal modo que por ambas cosas harían lo que fuera, como matar o hasta llegar a negocios oscuros en los que caen en profundos abismos, abismos tan negros que se ven sin ninguna salida. Emanuel Palum...