Pequeñas Chispas

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Despierto en mi cama, encuentro a mi lado a mi madre y a mi posible padre, es increíble, toda una vida de un gran engaño, eso no lo puedo creer de mi madre que me mintiera así, por qué ella nunca me dijo sobre esa posibilidad, simplemente eso no se hace.

Ahora cómo voy a resultar ser hermano de uno de los hombres que desprecio, esto no puede pasar de verdad, me estoy volviendo loco de tanta información en mi cabeza. Ellos ven mi mirada así que tratan de tranquilizarme, ya después de tomar agua y tratar de alejar esas ideas, el Señor Palumbo habla - Sé que es duro todo esto, para mi lo es también, pero bueno por ahora será mejor que me vaya y después vemos la veracidad de las conclusiones - .

Esto no puede pasar, alguien que odio y que esperaba no volverlo a encontrar nunca más, por que además se juró que estaba muerto, es mi cuñado, y lo peor es que lo único que puedo decir es que no puedo hacer nada, si lo es no me queda más que aprender a vivir con eso.

Los días pasan, hasta que lograron convencer a Enrique de hacerse una prueba, justo saliendo de la clínica por la mañana de viernes, ya que los resultados los enviaban en la tarde, Delko llevó a Marlene y a Enrique a su mansión, la verdad el chico no se llevaba mal con el señor, ya como una persona adulta lo tomó de la mejor manera, con quien no podía era con su supuesto hermano y su supuesto cuñado, esa es la razón por la cual los llevó a la mansión.

Escucho el carro de papá llegar, así que salgo junto con Carina, Emanuel estaba en su estudio con un edificio de oficinas que lo tenía loco, apenas termino bajar las pequeñas escaleras de la mansión, el primero que sale del auto es Enrique, Miguel ya me había contado todo lo ocurrido, así que en ese instante mi sonrisa se apaga, me entran unas ganas enormes de darle un gran puñetazo, quién era él para haberse llevado a mi Miguel y además utilizarlo.

Nos vemos directo a los ojos y en eso interviene mi padre, que a él si lo recibo con una sonrisa y un abrazo, saludo a Marlene; mi padre me dice - tranquilo, mira, mejor vamos adentro y lo hablamos como personas adultas - entonces mejor me calmo y entramos.

La verdad hablamos de lo ocurrido, mi padre nos pide que nos dijéramos aquello que nos disgustaba del otro y después nos obligó a darnos la mano, bueno la verdad eso ayuda a liberarnos un poco, así que no me queda más que empezar a intentar de llevarnos, así que al principio hablamos poco y muy cortante, cuando en eso llega Miguel y fue un momento muy tenso entre todos, mi padre lo llama y lo obliga a hacer lo mismo.

Los resultados del laboratorio clínico llegan y sí, soy hermano de Enrique, no nos quedó más que cenar todos juntos, sin dejar de lado que se convirtió en un momento muy incómodo, ya en la noche Miguel me dice mientras camina de un lado a otro, respira hondo y yo sentado en la cama ya en pijama - ¿Cómo es esto posible? yo creo que nunca lo voy a llegar a soportar, además se supone que había muerto, no puedo ni verlo! - en eso me exalto y me levanto de golpe de la cama - ¡ah pero para mi es fácil ver que quien se robó al amor de mi vida es ahora mi hermano! y que además llegó a tratar como una mierda a mi tesoro más preciado! - en eso golpeo la mesa de noche y él me vuelve a ver, se me acerca y me levanta la cabeza por el mentón para después verme a los ojos y es ahí cuando me abraza, esos abrazos que tanto amo, que tanto me calman, hace que mis revoluciones bajen y me vuelve a ver respira hondo y dice - Bueno ya no queda más, no somos adolescente, no nos queda más que afrontar esto como adultos, recuerda como ya lo habíamos hablado, no nos tenemos que sentir culpables de nada, son cosas de nuestros padres - él me besa, yo asiento y me vuelve a abrazar, para después volverme a besar y en eso caímos sobre la cama y ahí tomé sus ricas nalgas que siempre me han encantado y el suelta un gemido ahogado por el beso, aumentando el tamaño de mi erección, que choca contra la de él, empezamos a movernos y él mete su mano por debajo de mi ropa y toca mi pene, otro gemido sale de mi, me encanta como lo hace, él sabe justo como llevarme a mis límites. yo aprovecho y meto mis manos por debajo agarrando más sus nalgas y sintiendo su suave piel, le meto un poquito mis uñas y es ahí cuando él termina el beso mientras hace a un lado su cara para poder gemir, sé como lo vuelve loco eso, y el escucharlo gemir más lo que me hace ahí abajo me hace excitar, ay esto me está excitando más y más, pero es cuando lo veo que baja y así también me baja mi pijama junto con mi bóxer es ahí cuando me hace su mirada llena de intensidad, llena de fuego, y es ahí cuando le salta mi pene frente a su cara, Miguel se chupa sus labio y empieza con un oral que me vuelve loco, es tan bueno con su boca, en eso él me toca mi abdomen eso también me encanta, después de salir varios gemidos y de varios sube y baja de la boca de Miguel sobre mi pene, lo veo que empieza a subir y es ahí mi turno y lo subo y en movimientos rápidos lo coloco de perrito y empiezo a hacerle un black kiss, después de escucharlo como le gusta esto, me preparo para penetrarlo y darle como nunca, llevamos varios días sin tener sexo, así que es cuando entra en mi el toro de la pasión y lo hicimos en diferentes posiciones, la cama sonaba más que antes, Miguel gime como nunca, yo también gimo sin parar. La noche se alargó, en tiempos también fui el pasivo, y vaya! Miguel es bueno en todo lo que hace. Al final duramos horas en regarnos, eso me encanta, podemos disfrutar bastante.

El precio del negocio - gayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora