Vida nueva.

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Así fue como pasé las mejores vacaciones de mi vida, y también todo enero fuera del país, nos quedaba una semana para ingresar a la vida universitaria, pronto nuestras vidas cambiarán y nuestra zona de confort cambiaría con ellas.
En la semana que nos quedaba salimos con nuestras familias, y el último fin de semana salimos las dos familias juntas, la pasábamos muy bien, yo con mi novio, mis padres super entretenidos con Delko, eran muy sustanciosas sus conversaciones. Para esta salida nos fuimos a un hotel super elegante, y todo lo pagaba Delko, pensarán que somos muy dejados a ellos, pero es que siempre insiste o lo paga antes de decirnos.
Mi novio se ha hecho más sensual que antes, cada vez que tiene tiempo me da una nalgada, o me pone todo su bulto en mi trasero, sin embargo, por mi no hay problema, por que a mi me encanta.

Mientras que Miguel y Emanuel tienen una vida de lujos y de vacaciones en enero, Enrique tiene una vida muy diferente, mas para él es la única que conoce.

Llega el último día del año y yo simplemente espero a mi madre que llegue de su trabajo para celebrar la llegada del año nuevo, junto a mis hermanos por supuesto.
Algunas veces íbamos a donde mis hermanos mayores, aunque a veces salían a cenar a algún lugar con sus nuevas familias, siempre invitaban a mi madre y a nosotros pero ella no le agrada, ya que siente que lo hacen por compromiso, además de que se les iría demasiado dinero con sólo nosotros.
Me costó tiempo volver a confiar para salir a correr nuevamente, sin embargo, lo necesitaba, estaba empezando a perder mi forma, solo que esta vez me fui por otro lugar diferente.
En una tienda deportiva que había en el centro de la ciudad, había un chico tan guapo, era de tes blanca, justo el color de piel que me vuelve loco, ojos café, unas grandes piernas, se veía que era apto para la tienda, así que volví a pasar muy lentamente y nos cruzamos unas miradas, él pronto la apartó, poniéndose rojo, lo noté fácil por su color de piel.
En definitiva tengo que seguir pasando más seguido por aquí, tal vez mi vida amorosa mejore.

Gracias al Señor llegué sano a mi casa, mis hermanos ya estaban despiertos, así que me metí a la ducha, para luego hacerles desayuno, mientras yo me comía el último banano que quedaba.
Después del desayuno, me tocaba las tareas de la casa, lógico mis hermanos me ayudaron, aparte que tenía en mente recibir a mi madre con una sorpresa, amo las sorpresas, más en el último día del año.

Durante todo el día no dejé de pensar en aquel hermoso chico, esa cara sonrojada no salía de mi mente, y eso que solo lo vi por unos segundos, debía de irlo a buscar algún dia.

A mi madre le preparé la mesa con unas cuantas galletas saladas que encontré, más las pocas salsas que habían, también hice una rica pasta, teníamos que celebrar el último día del año, no nos podemos dejar que la vida nos pise.
Mi madre llegó y todos la recibimos con un solo abrazo, cuando la llevamos hasta la mesa casi llora, se sentía feliz de que nosotros no dejábamos que se nos baje el entusiasmo por la vida.
Empezamos a cenar, cuando llegó las 12, todos nos dimos un gran abrazo y nos gritamos "feliz año nuevo!!".

Al día siguiente volví a salir a correr, pasé nuevamente frente a la tienda, y lo logré ver como atendía a un cliente, cuando venía de regreso me animé y pasé por el lugar.
Apenas entré logré ver como se puso muy nervioso y como ya había terminado con el cliente, se acercó a mi y me dijo - Hola joven, se te ofrece algo en especial? - y me mostró una linda sonrisa con frenillos, era realmente guapo, así que le dije - claro, busco boxer tipo licra - él asintió y se puso un poco rojo, me llevo hasta la sección de ropa interior. Me dijo - cómo para vos? - yo le dije que si y él me observó un poco y cuando se percató me sonrió.
Me mostró varios y yo le pedí su opinión, a lo que me respondió - entre todos los colores te recomiendo el turquesa, te queda muy bien con tu color de piel - sé que lo dijo por su trabajo, pero cuando los dos lo pensamos nos pusimos muy rojos, yo lo sé por que sentí una gran calor en mi rostro.
Lógico no tenía para comprar, solo quería verlo y poder oír su voz, que por cierto era hermosa, era un chico que no sobrepasaba los 15 años, así que dejé ahí los boxers y está vez quise demostrarle confianza y empezamos a platicar un poco, era alguien agradable, se nos pasó el tiempo, me dijo su nombre y se llamaba Edgardo.
Quedamos de vernos frente a la escuela hoy a las 5 de la tarde, era a la hora que él salía de trabajar, le conté lo del asalto y que por ahora no tenía teléfono pero que de fijo yo estaría ahí. Nos despedimos y me fui a la casa, fue como uno de los mejores días de mi vida, el primer día del año y todo iba bien, este definitivamente es mi año.

El precio del negocio - gayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora