Era sábado y todos estaban de fiesta menos yo. No sabía porque me había quedado o internamente tal vez sí. Me estaba protegiendo. Muchas cosas estuvieron pasando en la semana que no dejaban de dar vuelta en mi cabeza, Ian, Stone, mis padres... ¿Qué si Ian tenía razón? ¿Qué pasaría si hubiese una explicación detrás de todo? ¿y con Stone? ¿Me estaría comenzando a gustar o era solo mi mente que extrañaba el contacto físico? ¿Qué haría con mi vida si realmente me gustaba? No podía enamorarme de alguien como él y tampoco quería que él se enamorara de mí, no solo porque era imposible si no porque al fin y al cabo soy una persona que es mejor tener lejos. ¿Qué me ocultarían mis padres? Sabía que era fácil averiguarlo, más que nada trabajando con Mary Stone pero no me sentía lo suficientemente fuerte como para hacerlo.
El timbre de mi casa sonó sobresaltándome, no esperaba a nadie y eran más de la una de la mañana. Por suerte no había nadie en mi casa más que yo.
- ¿Mía? ¿Qué haces aquí?
- No soportaba mas estar en mi casa y las chicas salieron de fiesta. ¿Estás sola?
- Si. Pasa.
Me abrazo y paso con una bolsa del supermercado colgando de la mano. Tenía diferentes tipos de Snacks, una coca-cola, una botella de vodka y un tarro de helado.
- No sabía que preferirías hacer. – Elevo sus hombros como si fuese lo más normal del mundo. – Nate me conto que no tuviste una buena semana. ¿Por qué no me avisaste? Desapareciste toda la semana de Whatsapp.
- Se me rompió el celular el martes en clase. No sé cómo voy a hacer para cambiarlo. - Me tire frustrada en el sillón. Mía se acerco a mí con un tarro de snacks y, para comenzar, un vaso de Coca. – Ian es mi profesor de literatura. Y para colmo no solo me da un ataque de pánico, sino que es Christopher el que me encuentra y me calma en medio del pasillo para después llevarme a su casa y acostarme en su cama. Yo debí haber nacido con la peor suerte del mundo.
- Si es mala suerte que tu "amigo" que esta buenísimo te ayude con tu ataque de pánico y luego te lleve a su casa quiero tener esa mala suerte. Aunque no te envidio en absoluto en la parte de reencuentro con tu desgraciado ex. ¿Qué hiciste cuando lo viste?
- Nada ¿Qué voy a hacer? Se me callo el celular de la sorpresa y entre en pánico, literal. Salí corriendo y el resto te lo acabo de contar. Al día siguiente volví a hablar con él y nada... no conseguí nada salvo sentirme una idiota a su lado nuevamente. Yo sabía que no tenía que inscribirme en ese maldito lugar.
- No creo que el lugar este maldito. Está lleno de chicos hermosos y mucha moda. Todo lo necesario para ser feliz.
Solté una carcajada porque era lo que siempre decíamos. Buena ropa y chicos lindos. Eran lo único que podía levantarnos el ánimo a ambas.
- Bueno y sacando las cosas malas... ¿No hay nada bueno que contar?
Automáticamente me puse roja recordando la escena de la tarde anterior con Christopher. Se la conté detalle a detalle y aunque ella decía que era una tonta por no haber continuado al escuchar lo de la pelirroja me comprendió. No había persona más celosa en el mundo que Mía y aunque lo mío no fuesen celos podía entender a situación. Él le había dicho que estaba solo cuando no solo que yo me encontraba en la casa si no que estábamos en una situación un tanto incomoda. ¿Qué hubiese pasado si ella llegaba en ese momento? O peor... ¿Qué hubiese pasado si los teléfonos no hubiesen sonado y ella llegaba en medio de esa situación? Me daba rabia de solo pensarlo. No por el hecho de que haya llamado a una pelirroja para pasar la noche, sino, porque ni siquiera había tomado en cuenta mi presencia, como si yo no existiese o no importase.
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Just One More
Teen Fiction"-Todo lo que hice fue para que te enamoraras de mi. Para que veas que yo tenía razón. -Sus ojos completamente aguados se reflejaban en los míos mientras terminaba de romper su corazón, mi corazón. - Solo eres eso, Christopher. Solo eres uno más." S...