Capitulo 20

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Quería, si era posible, esconderme del mundo y no salir nunca más

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Quería, si era posible, esconderme del mundo y no salir nunca más. Empuje suavemente a la persona que tan cerca tenia y lo mire con mi mejor cara de pocos amigos. Había sido una completa idiota y como siempre tenía que arruinar todo lo bueno que había en mi vida también tuve que aceptar la maldita apuesta.

- ¿Ya estas contento? Primera y última Alex.

- Muy contento. No sabes la cara que tiene tu noviecito en este momento.

Sonrió y no pude evitar sentir ganas de golpearlo. Hacia todo para molestar a Christopher y, lamentablemente, no me había quedado otra que aceptar su sucio chantaje. Lo acerque a mi esta vez con la ira corriendo por mis venas.

- Lo vuelvo a decir. Primera y última vez que te metes con él, ¿me oyes? Me llego a enterar de algo y todos tus secretitos dejan de serlo. ¿Entendido?

- ¡Mira la fiera defendiendo a su hombre! ¿Este es el definitivo o piensas usarlo como a todos? ¿O será que el que te usa es él?

- Mantente alejado de mí y de mis amigos. No te lo vuelvo a repetir.

Me aleje caminando directamente al auto al que acababa de subirse el rubio que estaba segura me estaría odiando en este momento.

- ¡Oye Sophie! Por si te interesa.... Max está de nuevo en la ciudad.

Mis pies se pegaron al piso impidiéndome moverme. Max estaba de vuelta... Tome aire y me voltee para enfrentar al idiota nuevamente.

- Gracias por el dato pero no creo que lo necesite.

- Esperemos...

El sabía algo, como todos, sin embargo no indague mucho más en el tema, suficiente tenia con la información recién recibida y la mala cara del rubio después de un día tan hermoso. Teníamos que hablar y lo haríamos quisiera o no.

No me dirigió la palabra en todo lo que restaba del día. Ni en el auto ni en su casa. Necesitaba tiempo y lo entendía pero cuando el reloj marco las siete de la tarde y mi turno termino me dirigí nuevamente como cada día a su habitación. Golpee sin duda y a los segundos la puerta se abrió.

- ¿Qué haces aquí?

- Tenemos que hablar. Mira Christopher lo que ocurrió el otro día...

- No me interesa. Y por favor vete que estoy esperando a alguien. – Su voz fue firme y decidida. No iba a hacérmela fácil y por suerte había venido preparada. Aunque no lo estaba para la persona dueña de los tacones que retumbaban por todo el pasillo. - ¿Tengo que volver a repetirlo? Vete.

- Solo escúchame... por favor Chris.

Sentí como reprimía una sonrisa al mismo tiempo que ocultaba la sorpresa en sus ojos. Nunca lo había llamado así, sin embargo, sonaba mas familiar de lo que alguna vez me llegue a imaginar. Como si se lo hubiese dicho toda mi vida, como si realmente fuésemos mas cercanos de lo que éramos. Su apodo había salido de mi sin pensarlo. No sentía que había esa confianza con el como para llamarlo así, o como todos sus amigos hacían por el segundo nombre, sin embargo me había gustado. Me había encantado la sensación de calidez que su apodo generaba en mi.

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