El amor está compuesto por cosas intagibles, incorregibles e inexplicables.
Existen distintos tipos de amor, pero, la pregunta es:¿existe el amor compartido? O mejor, ¿podemos "compartir" a quien amamos?
¿Que pasaría si no es algo que podamos deci...
El plan estaba en marcha, un perfecto jaque mate, como en ajedrez. No se realizaría un sólo jaque, sino que una serie de estos que finalizarían en la derrota de las manadas que protegían a Milén. Ya se había puesto en práctica el primero y el segundo, la amenaza a Milén y la pelea con huida. En la última, el Alpha (representado por el Rey en el Ajedrez), había sido amenazado y, ante esto, había reaccionado de mala forma contra su Luna. Ambos habían resultado a la perfección. Esto último no era bueno para las manadas, que el Gran Alpha y la Gran Luna estuvieran peleados, significaba un gran desequilibrio en todas las manadas de la región. Al ellos distanciarse, generaban un gran desequilibrio en sus cuerpos, lo que causaba otro aún peor en las manadas.
Según el plan, se realizaría un jaque para cada manada. Todos serían puestos bajo amenaza de distintas maneras. Lunas, terrenos, manadas y lo que fuera necesario se utilizaría con tal de lograr el acometido. No importaba que precio tuviesen que pagar a cambio.
¿"El fin justifica los medios"?
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El tercer jaque no sería contra los hombres lobos, sino que contra los vampiros. Era de público conocimiento que la Gran Luna era, además, la Reina de los Vampiros. Utilizarían este punto a su favor, no solo destrozarían a los lobos, sino que también, a los vampiros. El plan encajaba, todo cerraba... nada podía fallar... ¿o sí?
Se le había enviado una nota de amenaza al Rey de los Vampiros, que exponía lo siguiente:
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Al recibir el Rey la nota, la desesperación invadió su cuerpo. No le tomaría demasiado tiempo encontrarla, después de todo, era su Reina y tenía una conexión con ella. No les llevó mucho tiempo, a él y a un grupo de sus hombres, encontrarla. Los sentidos sobrenaturales y la conexión hicieron que, media hora más tarde, se encontraran frente a la puerta de Matthew.
-No tienen permitido el ingreso a estas tierras, parásitos, lárguense antes de que los devore. - rugió el jefe de los guardias. -No nos iremos hasta hablar con la Gran Luna. -expresó Maxon, con la elegancia que había adquirido a lo largo de sus cuatroscientos años.- No importa lo que intenten, no nos iremos.
Cuando el lobo iba a hablar, aparecieron en el portal, las Lunas.
-¿Qué hacen aquí? -cuestionó Milén.- Los vampiros no tienen permitido el ingreso a estas tierras. -Buscamos a la Gran Luna y no nos iremos hasta encontrarla. -le contestó el Rey.
