Sombra, amenaza y propuesta

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-Ya, amor, ya pasó. -la consolaba Maxon, quien había llegado primero.-Todo está bien, estoy acá, nada malo va a pasar. -la abrazó, mientras acariciaba su cabello.
Escucharla llorar era lo peor que le pudo pasar en sus cuatrocientos años.
-No te vayas, por favor, no me dejes. -se aferró más a él y enterró su cabeza en el pecho del castaño, soltando lágrimas de terror.
-Dime, lunita, ¿qué pasó? -le preguntó Scott, acariciando sus piernas.
Sentía algo oscuro florecer en su pecho, algo que lo impulsaba a arrancarla de los brazos de aquel que había sido hombre, pero sabía que no podía hacer nada, porque la conexión entre ellos era inevitable y ella no se lo perdonaría.
-Me desperté y escuché un golpe en la ventana. -lo miró- Miré y había un hombre, me sonrió y escribió algo en la ventana. Después le salieron un par de colmillos y los ojos se le tornaron blancos. -se secó un par de lágrimas- Me dió miedo, grité y él se fue.
-¿Cómo era el hombre? - se acomodó mejor en la cama, de forma que ella quedaba acostada.
A pesar de tenerla cerca, sentía que estaba en peligro y eso lo tensaba.
-Tenía el cabello y los ojos negros. Era alto y unos rasgos muy marcados. -lo miró- ¿Qué no sé? -ahora miró al rubio.
-Nada, lunita. -no quería decirle, porque sabía que existía la posibilidad de que se fuera, rechazándolo- Ven. -abrió sus brazos, esperando a que ella se acercara.
-Dime que es. -gateó hasta el y se ocultó entre sus brazos.
-No es nada. -acarició su cabello y besó su frente- No pasa nada, tranquila, ¿si? Nada malo va a pasarte. -la acomodó mejor, haciendo que todo su peso se apoyara contra él.
-Dime que es, Maxon.  
-Hay un problema. -la miró- Te están buscando, quieren capturarte para hacerte daño y, de manera indirecta, hacérmelo a mi. -pasó sus manos por su cabello, frustrado.
-¿Qué? Pe...pero, no tiene sentido. ¿Por qué matarían a una simple mortal para hacerle daño a un rey? -suspiró y, sin querer que sonara como reproche, agregó.- Además, dejaste en claro que no te importo...¿no es eso suficiente?

- Lo que dije fue porque pensé, que si te alejaba de nosotros no te harían daño. -la miró- Pero me equivoqué. No quise meterte en este mundo, por temor a que te hicieran algo...pero, de todas formas, ya estás metida. -sus ojos albergaban tantos sentimientos que era posible notar lo herido que se encontraba. Ni el más terrible llanto podría demostrar tanto.- Te perdí, por intentar protegerte...y, ahora, ya no te tengo, pero sigues en peligro. -tenía que salir del lugar, lo perdería en cualquier momento y eso no estaba permitido para los de su clase. 

Se levantó y salió por la puerta.
-¡Maxon! -escuchó un grito y se detuvo.
Sintió como la morocha se pegaba a su espalda, abrazándolo.
-No te vayas. -lo hizo girarse- Te necesito. -eso hizo un clic en su cabeza.
-No te voy a dejar. -agarró su cara, con ambas manos y pegó su frente con la suya- Nunca. Siempre voy a estar. -rodeó su cuerpo y la abrazó. -Siempre juntos. -dejó un beso en su frente y lo guió, de nuevo, a la habitación.
-Bien, quiero que me cuenten lo que pasa. -los señaló- Tengo frío. No se rían.
- Es que eres muy linda. -lo miró mal- Ya, ven a la cama. -le abrió la cama y ella se metió, dando saltos- Después quieres que no me ría, si pareces una niña. -la tapó.
-Bueno. -empezó el castaño- Hace años, en 1914, mi pueblo se dividió en una gran batalla por el poder. No es que nunca haya pasado antes, pero este nuevo grupo insurgente era peculiar. Eran como nosotros, la misma fuerza, los mismos conocimientos en batallas y movimientos, eran de los nuestros, los conocíamos, o eso creíamos. Al principio se comportaban como cualquiera, pero cerca de 1917, estuvieron a punto de vencernos. En medio de la pelea, sus ojos se pusieron blancos, como si no tuvieran iris, sus colmillos eran más grandes y tenían un aspecto más cercano al de un lobo en dos patas, que al de un vampiro adulto. -esperó- El resto de la historia no viene al caso, logramos vencerlos, pero un pequeño grupo se mantiene aún hoy, esperando poder derrocarme. Lo controlé hasta que empezamos a acercarnos más, pasábamos más tiempo juntos y ellos pensaron otra cosa. Me amenazaron con matarte. Entonces, -la miró- aproveché lo de Scott y te traté mal. -tomó su mano- Me arrepentí cuando vi tus ojos llenos de lágrimas, pero ya lo había hecho y estaba seguro de que no me ibas a perdonar. -su voz sonaba como si estuviera aliviado- Pero lo hiciste. 

-Bien, no termino de comprender todo esto de seres híbridos, pero si hay algo seguro, es que no voy a salir viva de esto, si lo intento sola. -lo miró, no quería volver a estar lejos de él, lo necesitaba y lo quería- Te necesito, los necesito. -los miró a ambos.
-No estoy seguro de que esto sea una buena idea. - ella lo miró, sin entender- Mis hombres te pueden proteger.
-Lo sé. -acarició su mejilla- Pero, entiéndeme. Yo quiero que esté conmigo. -lo miró.- Además, no puedes negarte. -eso lo confundió- Tu luna te lo exige. -se sonrieron.
-Ya, lo haremos. -lo miró- Pero, no toques. -su dedo acusador, señaló al vampiro.

Más de cien leídos, esto es increíble. Me emociona saber que hay personas que leen lo que escribo.

Besos, BL.

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