Volviendo a la normalidad, enojo y decepción

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Aimé había decidido que lo mejor era volver a la normalidad, aunque eso le doliera.
Luego de las clases, tuvieron un descanso, por lo que ella se dirigió a la cafetería, entró y compró su almuerzo.
Al girarse, buscó con la mirada esas dos cabelleras castañas y la rubia. Las encontró en una mesa lo más lejos de la ventana.
-Hola, ¿me puedo sentar o ya me cambiaron? -les preguntó al acercarse y ver a una castaña sentada con ellos.
-¡No! Ven, siéntate conmigo. -le dijo Maxon, al instante.
Ella así lo hizo, se sentó junto a él y lo abrazó, quedando pegada a su costado; tal y como hacían antes. Él le devolvió el abrazo y la atrajo, lo más posible, a su cuerpo haciendo que ambos se sintieran bien, de nuevo.
-Hola, soy Aimé. -Se presentó con la castaña y le extendió la mano.
-Hola, soy Camille, pero puedes decirme Blue. -Le dijo, aceptando su mano, haciendo que ambas sonrían.
-Es mi novia. -Le dijo, Eiden y, la morocha, quedó en shock.
-¿Tu novia? -dijo tres minutos después, cuando Maxon la pudo sacar de ese estado.-Y...-dijo sonando tranquila.- ¡¿Cuándo pensabas decirme?! -Le gritó.
-Yo...yo...yo no sabía cómo lo ibas a tomar...y...y...-la chica, no lo dejó terminar, porque lo interrumpió.
-Ah, claro, ahora todo es mi culpa. -le dijo con rabia.- Eres mi mejor amigo, debiste decirme. -Lo miró con decepción, se levantó y se fue.
-Bravo, campeón, ahora piensa que no confías en ella y que estábamos mejor antes. -Le dijo con sarcasmo y odio, Maxon, antes de levantarse e ir en busca de la muchacha.
-Yo...yo no quería que pensara eso. -dijo Eiden, triste. Se abrazó a Blue y se puso a pensar en que hacer para que lo perdone, mientras su novia lo acariciaba.

-Aimé. -la llamó, el chico, unos minutos después, cuando la había alcanzado, pero no podía hacer que lo mire a los ojos.- Mírame, princesa. -la abrazó y sintió que ella, lo abrazaba también; aferrándose a su pecho, mientras lloraba.-Todo va a estar bien, Eiden debe tener un motivo para no habértelo dicho. -le acariciaba el pelo, intentando tranquilizarla. Quería besarla, pero sabía que si lo hacía todo cambiaría y ella estaría en peligro.-Tranquila, amor, todo va a estar bien. -No se había dado cuenta de lo que había dicho, hasta que la sintió tensarse; la abrazó más fuerte pensando que se alejaría, pero cinco segundos después, ella se relajó.
-Lo sé. Sé que no lo hizo adrede, pero me duele. -le dijo, con la voz quebrada. Lo abrazó, poniendo sus manos en su cuello.
Él, al ver que ella se tenía que parar en puntas para alcanzarlo, la levantó y la cargó.
-¿Vamos a tomar un helado, princesa? -le preguntó, una vez que la tuvo bien cómoda, entre sus brazos.
-Shí.-chilló Aimé, como nena chiquita, saltando sobre él.- Pero...
-¿Pero, qué? -le dijo impaciente.
-Me tienes que decir el último apodo. -se puso roja y escondió la cabeza en su cuello.
-¿Amor? -preguntó, ella asintió y escondió más la cabeza, haciendo que él sienta su nariz contra el cuello.
La verdad, le gustaba decirle así, amaba tenerla cerca y le encantaba poder protegerla, sin tener que ocultarse.

¿Qué pasará?
¿Maxon se dejará llevar por sus sentimientos o no?

#TeamScott
#TeamMaxon

¿De qué lado estás?

Besos, BL.

Comenten su lado.

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