XII. Chester

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Como les conté en el capítulo anterior, finalmente nuestros protagonistas consiguieron algo de información, a cambio de un pescado, en un pueblo de monstruos.

Luego de eso, se fueron a un terreno baldío, donde instalaron la carpa y entraron a descansar por fin, sorprendiendo al único que se mantenía dentro durante el día y que ahora bebía un poco de té de sangre.

- ¿Qué tal les fue?- les preguntó Francis curioso, bebiendo de su elegante taza.

Los chicos lucían cansados y hambrientos, se sentaron en el sofá y en los colchones, casi acostándose de una en ellos.

- Comenzamos nuestra caminata a GateBird- empezó a explicar Aaron, sacándose los zapatos adolorido- al parecer está deshabitado, pero ahora estamos acampando en Lipsworm, nos dieron información para llegar a una villa humana- le resumió toda la aventura al vampiro, quien lo miró realmente asombrado y orgulloso de su liderazgo.

- ¡¡Eso está excelente!! ¡Y sólo llevamos un día de expedición en Magie!- celebró sinceramente el peliblanco.

- Providencia debe estar de nuestro lado...- suspiró Ephi, que como buena magiense del sur, creía en la diosa.

- Hmmm...- comenzó a murmurar pensante Dyan, ante tal frase. Si Aaron y Ephi, que son de magia blanca, eran apoyados por Providencia... ¿qué le quedaba a él como brujo? ¿Dónde estaba el apoyo de sus demonios guardianes?

- ¿Qué sucede, Dyan?- le preguntó Blake siempre atento a su estado de ánimo.

- Nada, nada...- le aseguró el brujito sonriendo forzosamente. Era un pésimo mentiroso, pero el lican prefirió no insistir.

- Bueno, ya es momento de tomarnos un descanso- suspiró Aaron también lanzándose a un colchón con pereza.

- ¿Qué tal la vida de pueblo?- siguió interrogando Francis, mientras se arreglaba su ropa- Quiero salir, pero no sé si les moleste mi presencia- les dijo preocupado por la reacción de los lugareños hacia un vampiro.

- No parecen tener vida nocturna, todo se veía oscuro, pero ve a revisar si quieres- le sugirió el mago, confiado de que el pueblo no era agresivo.

- Ok... nos vemos entonces- se despidió el de pelo largo y salió de la carpa hacia la interperie. La verdad es que extrañaba ver la luna, las estrellas y sentir la brisa nocturna, necesitaba una escapada.

Se puso a pasear por el pueblo y en efecto nadie salía. Pero talvez era por la presencia de kaibutsus y eso si que no sería lindo de presenciar.

Mientras tanto, dentro de la carpa, los chicos planeaban que comer como cena, ya que no habían tenido merienda ni nada por el estilo durante la caminata, más que descansos a beber agua del río. Pero en tanto los novios discutían aquello, Dyan agarró del brazo al hombre lobo y se lo llevó para el segundo piso.

- Blake, necesito hablar contigo- le susurró sentándose en la cama ansioso, mirándolo preocupado.

- ¿Q-qué pasa?- le preguntó nervioso el lican, imaginándose para variar cosas horribles que podría decirle, cuando en realidad, generalmente eran conflictos fácilmente solucionables.

- Ni Lilith ni Zalir se han intentado comunicar conmigo desde el inframundo...- le dijo en murmullos, para que ni el mago ni la mujer hada oyeran.

- ¿Eso qué significa?- le cuestionó confundido el pelinegro, que en realidad prefería no tener interacción alguna con esas diablillas.

- Que talvez Zalir está enojada conmigo por haber dejado Tziwa... o que Lucifer les haya prohibido prestarme su ayuda...- le dijo temeroso sus últimos pensamientos sobre el tema.

The Fourth One - Naruhi16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora