Y así fue como se despidieron temporalmente de Ephixia. Era lo más sano y seguro para todos, al fin y al cabo.
Además los chicos confiaban en la ondina Áquata; lo dejarían todo a su juicio y valía.
Pero la separación les dolió. Sobre todo a Aaron, quién la extrañó muchísimo desde el principio.
Los chicos trataban de alegrarlo, pero era en vano, lo mejor era dejar que se le pasara de a poco.
Fue así como no le pidieron exigirse de más y guiar las caminatas, sino que Chester hizo doble turno los primeros días. Pasaba muerto de sueño, pero era experto en sobrevivir en esas condiciones.
Aparte que se le pasaba el cansancio, conversando con su querido vampirito, quien era aún un misterio para él; uno que iba a resolver.
Y aunque no lo admitiera, Francis sentía lo mismo; no había nada más entretenido que descubrir más cosas sobre el humano.
- ¿Me contarás esta noche qué ocurrió con tu brazo?- le preguntó de repente durante una noche, el vampiro, caminando sin mirarlo de frente.
Estaba intentando por lo menos, socializar y no juzgar completamente a Chester sin conocerle.
- Depende, ¿qué tienes para ofrecerme hoy?- empezó por cobrarle el humano, mirándolo de reojo.
- Mi vida parece mucho menos interesante que la tuya- se excusó en un suspiro, observando el oscuro horizonte, iluminado por la media luna.
- Que triste para alguien de 200 años- se burló Chester, sabiendo que debían haber un par de historias interesantes si se ha vivido por tanto tiempo.
- Y tengo menos memoria que tú- agregó Francis, pues no era solamente que no tuviera una vida interesante, sino que era difícil recordar entre tantas memorias.
- ¿Primer amor?- le preguntó directamente.
- ...- Francis sonrió nostálgico y bufó nervioso. Pero pensó que si quería escuchar la historia de Chester, que parecía importante y algo traumática; debía ser honesto y contar algo igual de pesado- Se llamaba Simone Tereshkova- confesó devolviéndole la mirada a Chester.
- Buen nombre- rio tratando de no molestar demasiado al vampiro y que se arrepintiera de contarle- Ya, sigue... ¿Era vampiresa?- le interrogó para que continuara el relato.
- Era humana- confesó mirando sus pasos en el pasto húmedo por el rocío.
- ¿Y vivía en Transilvania?- cuestionó incrédulo y sorprendido el barbón. Era una suicida la chica si vivía en aquel Reino por gusto.
- Era un secreto, nadie sabía que ella vivía allí- le explicó pensando si era correcto admitirle estos secretos de Estado- Tenía una extraña enfermedad a la sangre y en Cheloveq había más tecnología bélica que médica- le explicó pensando en esos años de guerra interna en el continente humano.
- Eso siempre, lamentablemente...- bufó molesto el pelicastaño, recordando su infancia y cosas horribles que le tocó ver a causa de la guerra.
- En mi Reino había tecnología de punta para sustraer e inyectar grandes cantidades de sangre, además de limpiarla y nutrirla artificialmente. Eso ahora se puede en tu continente, pero hace 180 años no había nada de eso y sólo en Transilvania podía recibir tratamiento- continuó explicándole el cómo vivía allí.
- ¿Y sólo tú sabías que ella estaba en tu reino?- le preguntó confundido, sin entender completamente al situación.
- Yo, el Rey, y la escuadra médica real, que la atendía...- le dijo, recordando que el joven Frederick, ahora líder de los terroristas Sange Avenant, aún no nacía- Ella era hija de unos aristocráticos de gran influencia en todo el mundo y pagaron bastante por discreción y silencio- le aclaró el cómo convencieron al Reino de aquella arriesgada tarea- Yo iba a visitarla a escondidas, en días que no me correspondía verla... y charlábamos toda la jornada, jugábamos naipes y le leía libros de mi biblioteca personal, nos contábamos historias- le decía sonriendo sin poder evitarlo.
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The Fourth One - Naruhi16
FantasiaDesde tiempos remotos, los habitantes de la Tierra se han dividido en 4 reinos. Se dice que hubo grandes guerras en el pasado, pero hoy todos conviven pacíficamente, en un mundo donde la magia y la modernidad tecnológica coexisten en las vidas de lo...