The Fourth One - Naruhi16

XVII. Promesa parte 1.

Después de cenar una reconfortante merienda nocturna e improvisada con los últimos ingredientes que les iban quedando en la cocina; Dyan y Blake se fueron a dormir como siempre al segundo piso, ya muchísimo menos incómodos con la idea de dormir juntos, y Aaron ya sintiéndose un poco mejor se acostó en su querido colchón, dejando a Chester y Francis en la mesa de la cocina solos.

El vampiro repasaba las mismas viejas páginas de siempre, preguntándose de qué se tratarían las dos páginas faltantes. Mientras que el humano rebuscaba entre sus herramientas para volver a articular su brazo como correspondía, pero la verdad no hacía eso desde como... ¿los 18 años talvez?

- ¿No te vas a ir a dormir?- lo interrumpió de su tarea Francis, cerrando su libro con firmeza.

- Nah, si hago eso, durante el día estaré despierto y me costará mucho recuperar mi ya desastroso horario de sueño para mantener el turno de noche- le contestó despreocupado el barbón, mientras revisaba con precisión la punta del destornillador que acababa de encontrar.

- Debió ser un día agotador, es mejor que descanses, ¿no crees?- insistió Francis, guardando el tomo entre sus pertenencias.

- ¿Te estás preocupando por mí?- le cuestionó el humano sugerentemente, comenzando a alinear los tornillos que necesitaría para ensamblar bien el hombro.

- Pffff... Si, claro, como si me preocupara por ti... Sólo... Estoy enfocándome en lo mejor para la misión- se hizo el desentendido el peliblanco, evitándole la mirada.

- Si, claro... Lo mejor- suspiró risueño el humano- Hablando de eso...- recordó de pronto, mientras seguía trabajando en su hombro- Hay algo que tenemos que resolver como equipo urgentemente- le comentó seriamente.

- ¿De qué hablas?- le preguntó intrigado y algo preocupado.

- Esta era una ladrona inofensiva y apenas pudimos con ella, pero tenemos la insensatez de retar a Obsidian y su ejército...- le resumió el problema, poniendo de mal humor al vampiro- ¿Te estás tomando en serio tu misión?- le cuestionó.

- ¡Si, por supuesto! ¡No hay nada en mi vida que no me haya tomado más en serio, ni lo dudes!- le contestó alterado.

- Bueno, pues entonces demostrémolo... Somos patéticos y no tenemos ninguna posibilidad en un encuentro conflictivo con un par de enemigos- le hizo ver su preocupación el humano.

- ¿Opinas que... Deberíamos entrenar o algo así?- le interrogó tratando de entender a dónde quería llegar.

- ¡Definitivamente! ¡¡Esos movimientos allá con la perra en el techo, estuvieron fenomenales!! ¿Fue alguna clase de arte marcial?- le recordó Chester enstusiasta y fascinado por aquel épico momento de hace unas horas.

- Tomé clases de esgrima por un par de años- confesó humildemente el peliblanco.

- ¿En serio? Parecías un maldito experto, ¿por cuántos años?- continuó preguntándole Chester, alternando la mirada entre su brazo metálico y el rostro del vampiro quien se volvió a sentar a su lado en la mesa.

- Hmmm... ¿Unos 25?- calculó a la rápida, sin darle importancia.

- Pfff...- casi escupió el humano- Ok... Eso es injusto, con razón los vampiros son brillantes en todo, tienen la eternidad para practicar y mejorar...- se quejó dramáticamente, volviendo a trabajar únicamente en el ensamble de su hombro.

- ¡Ya, bueno! Perdón jaja- se disculpó risueño el mayor, ya que en verdad no le había tomado el peso a esa cantidad de años.

- Contigo nunca se sabe, "el otro día" para ti puede haber pasado hace 47 años o algo así- continuó alegando el barbón.