The Fourth One - Naruhi16

XXI. El Climax

Esa noche, increíblemente, Dyan le preguntó a Blake si podía dormir con él. Estaba nervioso, ya que la noche anterior lo dejó solo, por estar despierto haciendo la poción mágica. El lican aceptó con más entusiasmo del que quería demostrar y se acostaron juntos con nerviosismo y emoción.

Si bien hace rato compartían colchón, era la primera vez que lo harían después de saber los sentimientos del otro abiertamente. Y seguía la incertidumbre sobre qué hacer ahora en adelante con su relación.

Sin pensarlo demasiado, Dyan se acurrucó junto al lobo que lo abrazó con cariño para quedarse dormidos así por fin, como tanto querían de hace tantísimo tiempo.

Una sensación cálida llenó el pecho de Blake, calmándolo plácidamente. El pobre no se sentía así desde hace mucho, por lo mismo, casi le dieron ganas de llorar de alegría.

Estuvo por tanto tiempo solo y abandonado en la ciudadela, depresivo por su naturaleza, sin ganas de volver a su hogar en el campo como el hermano que falló buscando su futuro... que conocer de repente a este brujito, enamorarse de él, y tener la fortuna de ser correspondido, lo hacía sentir que aquello era, sin duda, lo mejor que le había pasado en la vida.

Dyan se sentía igual de contento. Estaba tan inseguro de sincerar sus sentimientos a su amado, a veces se sentía correspondido, incluso antes de que Blake se confesara, pero creía que se trataba de su propio ego, sintiéndose atractivo, y que en realidad todo estaba en su imaginación.

Pero era real, era absoluta e intensamente real. Durmió como nunca esa noche, por el cansancio y el alivio que sentía su alma luego de tal confesión.

A la mañana siguiente, cuando se despiertan perezosos y somnolientos, se sonríen coquetos y casi inocentes. No hablaron del tema, pero el brujito le dio un beso de buenos días y se levantaron cariñosos a desayunar.

Abajo estaban Aaron, Doug e Indigo despiertos comiendo, mientras que Francis y Chester dormían con su ciclo del sueño todo revuelto.

- Dejémoslos descansar, han estado despiertos por mucho tiempo- murmuró Aaron, llevando a los nuevos a la mesa para comer y no molestar a los tortolitos en negación que prácticamente dormían abrazados a pesar de la cálida mañana montañés.

- ¿Ellos siempre duermen de día?- se atrevió a preguntar Douglas para generar conversación en la mesa, sentado al lado de su bro al que le servían una porción de huevos revueltos.

- Así es, como Francis no soporta el sol, para hacer productiva la noche, él y Chester avanzaban la caminata nocturna, mientras que de día Aaron nos guíaba y avanzábamos un buen tramo hasta al atardecer- le contestó Dyan, explicándole las dinámicas del grupo.

- Ustedes son muy inteligentes, y parece que son muy buenos para defenderse- los elogió Indigo mirando a todos los presentes, recordando su primer encuentro.

- Fuimos mejorando sobre la marcha, partimos sin ningún arma o magia avanzada jajjaa- confesó Dyan avergonzado, recibiendo unas palmaditas en la espalda por parte de Aaron.

- ¿Creen que el vampiro me enseñe realmente algo de necromancia?- les cuestionó en voz baja Indigo con la boca llena, mirando al aludido dormiendo.

- Francis es muchas cosas, pero no un estafador- contestó Blake con gran sentido del honor, a pesar de la distancia que tenía con el peliblanco- cumplirá su promesa, aunque probablemente no pronto, estamos en una carrera contra el tiempo- terminó la oración casi murmurando, perdiendo valentía a cada palabra, como siempre agorafóbico.

- ¿En serio creen poder detener a Obsidian?- les preguntó Douglas dando una gran mordida al pedazo de pan que le dieron- No sé si han visto las noticias- comentó con la boca llena- pero su imperio aumenta cada día, ya invadieron Volkya, y han saqueado pueblos magienses...- les actualizó las fechorías que habían estado haciendo. Blake pensó en su familia preocupado y Dyan le tomó la mano, tranquilizándolo.