XVI. Barbaries de Bar

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Después de aquella agitada noche, se cuidaron más que nunca las espaldas de plantas y fungis que pudieran ser venenosos.

Pero afortunadamente comenzaron a alejarse de la parte más salvaje de Magie, por lo que llegaron a la zona habitada por diversos pueblos cerca del río y hasta las montañas.

Lo que indicaba que faltaba poco para adentrarse al monte donde estaba el antiguo y misterioso templo del Gran Mago, que indicaba el punto dond3 supuestamente se desvaneció después de separar los continentes y acabar con la Gran Guerra.

En fin, habían encontrado una vez más, civilización. Sólo que de allí en adelante, era tierra desconocida para todos los integrantes del equipo.

Chester nunca había llegado hasta allí, ya que las veces que atravesaba el Bosque de Setas, era para ir a un pueblo chatarra hacia el oeste y volver a HOPE inmediatamente. Ahora iban hacia el noroeste, evitando el destino conocido. Pero bueno, por eso esto era una aventura, ¿no?

Llegó un momento en que se cansaron de caminar y querían mandar a Francis y Dyan a examinar el lugar desde las alturas. Pero eso sólo podría ser de noche (para no llamar la atención ni para quemar al pobre vampiro) y sería complicado para el brujito ver, además no sabían qué clase de monstruos nocturnos podrían rondar.

Finalmente llegaron luego de 3 días más de caminata a un gran pueblo, de casas de madera de todo tipo. Tenía un gran mercado central, al cual llegaban pueblerinos de otras partes, a vender sus cosechas y animales.

Se quedaron tan sólo una noche para descansar y continuar el viaje hasta el siguiente pueblo, descansar y así sucesivamente.

Además si o si, pasaban a la taberna de todo pueblito, sin falta..

Sobre todo por insistencia de Chester y Aaron.

El pobre mago no tenía noticias de su amada hace 2 semanas y ya comenzaba a desesperarse, pero el humano con poca paciencia y ganas de pasarlo bien, lo distraía llevándolo a beber un par de copas, aunque al final prácticamente lo dejaba solo, porque se iba a coquetearle a alguna chiquilla y allí se separaban.

Al final lo contenían Dyan y Blake si es que no se habían acostado a dormir ya y lo cuidaban hasta que decidiera acompañarlos a la carpa a descansar.

Por lo general, aunque Francis fuese un ser nocturno, también volvía a la carpa mágica, incluso más temprano que ellos, ya que no disfrutaba demasiado el ambiente de los bares.

Mientras que Chester aparecía a la mañana siguiente, por haberse quedado dormido en la calle, en la casa de alguna mujer o algún motel cualquiera.

Esta fue su rutina por un par de días enteros, hasta que cierta mañana, Chester para variar, despertó en una cama desconocida, en una humilde hostal que no conocía o recordaba.

Sólo que esta vez, su mano derecha estaba esposada a la cama. Eso era nuevo, seguro fue una noche alocada.

Sonrió picarón, imaginando qué clase de mujer lo entretuvo anoche, ya que no podía recordar nada.

El problema fue cuando intentó quitarse las esposas con su otra mano y descubrió entonces, por qué el lado izquierdo de su cuerpo se sentía tan liviano.

La puta con que se acostó le había robado el brazo mecánico.

- Me tienes que estar jodiendo- pensó en voz alta, sin poder creer lo que había pasado.

Luchó prácticamente toda la mañana para quitarse las esposas, su mano no cabía para sacárselas fácilmente, pero el respaldo de la cama era de madera, así que optó por romperlo a patadas, hasta que su mano quedo encadenada sólo a un trozo de madera y no al catre completo.

The Fourth One - Naruhi16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora