Contigo siempre es lo mismo. Siempre igual de cínico y ya no sé ni cómo ponerme. Todo resulta contraproducente, ¿lo sabías? Es la voz en mi cabeza la que me habla, rompiendo la vajilla a la que tanto aprecio tenías. Has dejado de ver el problema y yo he dejado de abrir la boca. Sigo esperando que cierres la mano en respuesta. Esa es nuestra diferencia: Yo siempre te la tiendo, y tú ni la aceptas, ni la echas de menos.
Sólo me veo ahí de pie con las manos cubriéndome los oídos, y separo los labios y sé que sale un chillido. No escucho nada. No estás diciendo nada porque dejé de hablarte, ¿recuerdas? No me arrepiento. No me arrepiento. No me arrepiento. La voz de mi cabeza también está de acuerdo.
Jamás había probado algo tan dulce y tan desgarradoramente irascible, molesto y desagradable.
Deja de confundirme. Deja de hacerme gritar así. Deja de castigarme tan injustamente.
Ya hemos terminado con otra guerra civil. Voy a tachar otro logro en tu lista. Tú fuiste el único soldado, y yo la única víctima. Sólo he acabado más rota, y tú con otra victoria. Nada nuevo. Menuda salida. A estas alturas, llegados a este punto, habiendo pasado lo que hemos pasado, sabiendo lo que sé y tras ver lo que he visto... Ya debería de haberme acostumbrado. Ya debería haberme acostumbrado, pero no lo he hecho.
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III VI IX XII -36912-
Random¿Hola? ¿Alguien me escucha? Mucho eco en este pozo mugriento para dejarme sorda a mí pero no lo suficiente para llegar a la superficie. Demasiado en mi cabeza y poco espacio en este metro de diámetro. Mientras tenga papel y lápiz podré hablar al men...