Once y cuarto

13 0 0
                                    

Mi primer encuentro con ella fue a los diez. El más terrorífico pasó a los dieciséis. Ahora lo pienso y menuda idiotez, pero casi me ahogo con el de los veintidós. Y he descubierto que se contagia como el malhumor. Últimamente va de la mano con D. Vaya desastre. Los problemas nunca van solos, ahora lo sé.

A las once y cuarto está puesta la alarma. Sólo tiene un símbolo que la describa, y sin embargo es una energúmena. Se repite como un molesto eco tres veces antes de desaparecer; y pesa más que todo lo que siento. Irónico, teniendo en cuenta su uso.

Cuando le hago caso espero su función, pero sólo viene sueño, bostezos y no cundo. No es lo que busco pero es igual, toca apretar los dientes y forzar los ojos. Son nueve años ya, y a saber si no lo confundo.

Quiero apagar la alarma y no escucharla más, pero poder y querer no siempre van juntos. De nuevo parejas. Esta vez dispares. Ojalá A y D lo fueran. Ojalá no tener que verlas, ni sufrir estos ataques.

III VI IX XII -36912-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora