Como si me quisiera quedar sorda

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Como si me quisiera quedar sorda; y es que me daba igual. Quería hacerlo, quería quedarme sorda. Quería no volver a escucharlos, a ninguno; ni sus gritos, ni sus réplicas. Dejar que mi corazón latiera al ritmo de las pulsaciones de la música, y no al dolor de sus voces. Que aun quedarme sin el sentido de la oída, la última canción que hubiese resonado en mis orejas rebotaría en mi cabeza y no se extinguiría nunca. Quería quedarme sorda con esa dulce voz que proclamaba felicidad, y no con mis gritos y mis chillidos desesperados. Porque lo sé, sé que estaba gritando. No me escuchaba, pero mi labios estaban separados y los pulmones me rogaban por oxígeno.

El lacerante y desgarrador dolor que me oprimía el pecho. Las lágrimas que me enturbiaban la visión. Quería que se fuera todo eso.

Mis dedos rasgando las paredes. No oía el crujido de la tela al desgarrarse, dejando la pared cruda y desnuda ante mí. Me dolían las yemas de los dedos. Gotas de sangre me rodaban desde las puntas adoloridas hasta las muñecas. Necesitaba respirar, pero no podía coger aire. Tenía la garganta en carne viva, y hacerlo me mataría por dentro.

Tenía ganas de romperlo todo. Me agarré la cabeza y me estiré de los cabellos con un grito de frustración. Quería que parasen, pero no lo hicieron.

Ahora que Locura reside en mi casa y se cuela cada día bajo mis sábanas, acariciándome y lamiendo mis heridas, me doy miedo.

III VI IX XII -36912-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora