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Otro día comenzó, y otro día que Jimin se quedó atendiendo él local de su madre, solo eran pocos días los que llevaba ahí pero comenzaba a detestarlo, y por si fuera poco, él local estaba lleno de gente, fuera hacía mucho calor, por lo que la gente quería batidos frescos para combatir él calor que sentían.

Solo Yoongi se encontraba con él, sentado en un taburete del mostrador frente a él, pero no era como si su presencia fuera muy notoria para él pelinaranja ya que no le hablaba, desde que llegó se mantuvo en silencio. Jimin sabía que Yoongi comenzaba a agobiarse por la cantidad de gente que entraba al local y los murmullos que estos creaban, a Yoongi le gustaba él silencio y la tranquilidad.

—Hey.—Jimin llamó la atención del pelinegro—.Solo quedan unos pocos y será todo tranquilidad de nuevo.

Yoongi solo se encogió de hombros, y cuando estaba dando él batido a una chica rubia y alta, Hoseok y Namjoon aparecieron en él local, riendo de algo que habían dicho.

—Al fin que llegan.—Jimin reprochó.

—Fue culpa de Hoseok.—Namjoon señaló.

—Eso es mentira.—contradijo—.Fue él quien se entretuvo intentando ligar con una chica morena.

—Vaya.—Jimin sonrió—.¿Por que será que no me sorprende en lo más mínimo?.

—Que mala imagen tienes de tu amigo y Hyung.—Namjoon se hizo él ofendido.

—La que tu solito te has creado.—se burló él menor.

Namjoon rió para tomar asiento a lado de Yoongi siendo seguido por Hoseok, pidiendo sus batidos de siempre.

No hablaron, prefirieron esperar a que la gente se marchara y él local quedara vacío para entablar conversación.

Cuando eso sucedió, Jimin soltó un suspiro de satisfacción, al fin un poco de calma para su dolorida cabeza, tanta gente llendo y viniendo le comenzaba a molestar de sobremanera.

Cuando estuvo dispuesto a comenzar una conversación con sus amigos la puerta se abrió nuevamente, haciendo un molesto sonido, y cuando Jimin se giró se encontró con él extraño chico que estuvo él día anterior.

Ese chico que había pedido un batido de leche de fresa y no tenía con que pagar, hasta que llegó quien parecía ser su hermano y tampoco tenía con que pagarle, fue Namjoon quien pagó por ellos. tratando de seducir al chico de anchos hombros.

—Hola.—su voz chillona y animada, atrajo la atención de los chicos que se encontraban ahí.

—Uhhm, hola.—Jimin hizo un gesto con la cabeza.

—Hola a vosotros también.—saludó a los otros tres chicos cuando estuvo más cerca de ellos.

—Vaya, pero si es el chico de fresa de ayer.—bromeó Namjoon.

Jungkook rió agitando su cabeza y haciendo que sus cabellos se movieran tiernamente—.Ya te dije que no soy de fresa.

Namjoon rió, negando con la cabeza por la ternura del chico—.¿Seguro?.

Jungkook asintió efusivamente, como si realmente tratara de convencer al chico de aquello—.Seguro.

—Te creeré por esta vez.

Jungkook asintió sonriendo y se acercó a la barra, sentándose en el asiento que había al lado de Yoongi quien lo miraba incrédulo y con una ceja alzada.

"¿De donde demonios ha salido este niñato que parece hecho con purpurina y helado?."

Hasta cierto punto le resultaba molesta la presencia del chico, quien parecía brillar con cada movimiento y la sonrisa no desapareciendo de su rostro en ningún momento.

Strawberry Milk.  ❤Jikook❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora