Capítulo 49

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—Tremendo infarto estabas por darme —Gregori resopla aliviado —joder Alex, al menos si vas a hacer algo como esto avísame con tiempo para preparar mis nervios

—Lo siento —le sonreí apenado

—¿Y qué fue todo eso de Annie y Dayana? ¿De verdad te amenazaron con eso? —frunce el entrecejo — qué arpías... debieron decírmelo sin pensarlo

—Amor —Eveshka habla en un hilo de voz — lo sé, pero... es que, era más difícil. Suponiendo que te decíamos algo, nada nos aseguraba que solo lastimaran a nuestro niño, sino también a ti

—Pero ¿qué dices mujer? En las buenas y en las malas ¿lo recuerdas? Cualquier problema tuyo es mío también

Asiente.

—Estoy de acuerdo con tu tío, Alex... eso que hiciste

—Rompí mi promesa, lo siento...

Primero me mira con desaprobación, pero luego suspira y pone su mano en mi mejilla. Acariciándola con suavidad.

—Eres muy valiente jovencito...

—¿Sabes si la prensa me devorará con preguntas?

—Pensaban hacerlo en cuanto bajaste del escenario, pero Jian y Gao se encargaron de apartarlos. Les dije que no había problema si decidían irse temprano a casa, después de todo... este evento no dura tanto tiempo, la mayoría ya se ha ido

—Suena bien, al fin podré llegar a casa y descansar

—No sin antes comer alitas —Gregori nos mira sonriente —¿Qué dicen?

Asentimos entre risas.

—Alex...

Al mirar a mis espaldas, me topé con el rostro de mi padre. Mis tíos de pronto lucieron distantes, como si con sus miradas pusieran una barrera de treinta metros de altura. A pesar de eso, yo no dejé de sonreír.

—Gracias por venir, padre...

—Leandro... —dice Gregori con seriedad — tanto tiempo, ¿no?

—Sí... —rasca su nuca con nerviosismo — sí... bastante, diría yo

—Y..., ¿Qué opinas? —interfiere Eveshka — Alex de verdad tiene ese toque de Isabella, ¿no?

Él asiente, en silencio.

—Por eso debes cuidarlo más

—Cariño —Gregori musita al ver que mi tía alza la ceja

—Descuida Greg —responde mi padre, en medio de un suspiro —me lo merezco... lo sé

—Dejemos eso a un lado ¿quieren? —interferí— ahora mismo deberíamos pensar en lo que sigue, darle vuelta a la página..., mamá hubiera querido eso —les miré con seriedad, ellos se vieron los unos a los otros y asintieron

—Vuelves locas a las chicas —dice mi padre, burlón — apenas bajaste, todas te estaban poniendo las manos encima...

—Sí, así es...

—Pero no quiero a ninguna de ellas, ya te lo dije

Mis mejillas se calentaron y él comenzó a reír, dejando a mis tíos confusos.

—¿De qué hablan? — replica Eveshka

—Mi futura nuera... lleva el apellido Price

Mi tío y yo quedamos callados al instante, eso es suficiente para que mi tía frunza el entrecejo, tense la mandíbula y tenga el semblante serio.

Alexander, memorias de un violinista (#2 Saga Amor entre acordes) EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora