Capítulo 38

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Miré a mi alrededor, ya no me sorprende ver tantas luces, cámaras y periodistas ansiosos. Varios de ellos se encontraban charlando con mis tíos, Charlie se había apurado en entrar puesto que quería estar en primera fila. Sin embargo, Evangeline es quien temblaba e incluso bajaba la mirada con timidez cuando alguien nos saludaba. No la culpo, yo era así en un principio, con el tiempo tuve que acostumbrarme.

—¿Lista? —le tendí mi brazo antes de entrar al teatro, ya varias seguidoras mías e incluso de Chris nos esperaban impacientes

Ella me miró con miedo, pero finalmente deslizó su brazo bajo el mío y se aferró con fuerza a mí. Una vez las puertas se abrieron, las luces comenzaron a cegar mis ojos. Una tras otra, periodistas insistiendo en que los mirara. Unas cuantas chicas saludándome con entusiasmo y yo correspondiéndoles con pequeñas sonrisas. Fue hasta que llegamos donde Gregori y Eveshka. Mi tío parecía estar muy serio y mi tía, en cuanto posó sus ojos sobre mí sus expresiones pasaron de seriedad a tristeza, afligida. Al menos hasta que volteó a ver a Evangeline y una línea recta en sus labios mostró desaprobación.

—¡Joven Alexander! —grita Charlie con sus cachetes regordetes y una sonrisa de oreja a oreja—¡Yo quiero hacerles las primeras preguntas si me permiten!

—Primero deja que lleguen al asiento Charlie—dice Eveshka, abriéndose paso entre la multitud junto a Gregori, me dedicó una mirada de súplica para hablar, pero yo no estaba de humor

Mis músculos se tensaron al recordar la discusión de anoche y seguí derecho e indiferente.

—Como sea

Nos alejamos de ellos, dirigiéndonos hacia la plataforma que tenía una mesa con manta blanca, extensa de seis asientos. Gregori y Eveshka se sentarían en los asientos derechos, Evangeline y yo en el centro, y... probablemente Chris y Annie en los de la izquierda. Una vez que Evangeline se sentó, se puso pálida y bajó la mirada mientras jugaba con sus manos. Estaba muy asustada.

Mis músculos se tensaron al ver a Chris subir por las escaleras de la izquierda. Miró hacia mí y desvié la mirada. Me senté. De nuevo volví a sentirme solo entre tanta multitud... de nuevo, acorralado. Miré de reojo a Evangeline, quien ya se encontraba platicando con Chris. Me limité a verlos y resoplar en cuanto miré al resto. Annie observaba a mi tío, lo cual me pareció bastante extraño. Vi al frente y me topé a Dayana sentada en la fila principal, movía los labios como si me dijera ¿Lo ves? La evadí. Eveshka dio una cordial bienvenida a todos y una vez que ella volvió a sentarse, la lluvia de preguntas cayó sobre nosotros. Empezando por Charlie.

—Yo creo que hablo por todos los presentes cuando me pregunto ¿cómo fue que conoció a su amada novia?

—¡Sí joven Melenkov! ¡díganos!

—Hace unos meses—digo serio e incómodo al mismo tiempo—fue algo... inesperado

—¡Pero díganos! ¡cuéntenos con detalles ese escándalo en la televisión!

—Fue un par de días después de que regresé de Kaluga... nada irrelevante

—¿Qué nos dice usted señorita Price? ¿¡Cómo conquistó el corazón de nuestro joven talentoso!?

—Yo... um... —la vi removerse incómodamente, sonreía nerviosa—bueno...

—Es mi encanto natural—sonrío falsamente y ellos anotan todo en sus libretas. Esta mentira me está pesando demasiado, pero con mostrarles una buena cara todo está bien—por eso ella está nerviosa ahora mismo

—Awwwww—dicen las periodistas, emocionadas y derritiéndose con esas palabras —¿Y sería mucha molestia si nos regalan un beso? Ya saben, se ven tan adorables juntos

Alexander, memorias de un violinista (#2 Saga Amor entre acordes) EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora