Capítulo 50

432 33 2
                                    

Evangeline se retiró junto a los hermanos Anderson. Mis tíos en cambio, después de disputar con quien debería ir a comer, si con mi padre o con ellos, terminaron por acceder a la petición de mi padre para llevarme. De cualquier manera nos íbamos a ver en las alitas, solo que deseaba charlar con papá antes de irnos. Charlie es quien iba a llevarnos, se ofreció muy amablemente así que no pude negárselo.

—¿Sabes Alex?

Nos encaminamos hacia la furgoneta de Charlie, bajando los escalones del teatro. El estacionamiento está en la parte trasera, y por lo que muchas veces la gente se queja es porque lo único que ilumina la calle que conecta al estacionamiento son un par de faros. No los culpo, en cualquier momento te pueden asaltar si vas por la noche. Justo como ahora.

—La verdad... es que siempre estuve orgulloso de que tocaras instrumentos

Alcé las cejas.

—Yo sé que... parecía que nunca fue así, pero te parecías tanto a tu madre que después de su muerte, era doloroso verte tocar como ella

—Si... —digo desanimado —supongo que fue así... pese a que Yerik tuvo tu sustento

—Reconozco que es un chico muy bueno en cuanto al piano y las matemáticas, no sé... supongo que después de que Martha y yo nos separamos se volvió más hosco y frío

—¿Por qué lo dices?

—Es que... fue realmente tan extraño, siempre ha sido callado, pero tiene ese algo que hace imposible saber lo que piensa

—No lo dudo...

Caminamos bajo los faroles, charlando de un par de cosas más hasta que finalmente llegamos con Charlie, quien se encontraba viendo su celular. Apenas nos vio, una sonrisa enorme de oreja a oreja se extendió por su cara y bajó rápidamente. Saludó cortésmente a mi padre, después me felicitó.

—Es un honor muy grande para mí conocerle — expresa Charlie emocionado, apretando con mucha fuerza la mano de mi padre —debe sentirse muy orgulloso al tener a un hijo como Alexander

—Vaya... —mi padre sonríe nervioso mientras me mira de reojo — este periodista es muy... amable

—Sí, de he-

—Tuve la oportunidad de conocerlo el día que ocurrió el incidente de la conferencia

Lo miré sorprendido, así que... es por eso que mi padre apareció aquel día. Charlie se retiró antes de que me acercara por completo a Evangeline, he de suponer que se lo topó en el camino y le señaló en donde estaba.

—No puedo negarlo, me emociona ver que de tal padre tal astilla —Charlie suelta la mano de mi padre y nos mira sonriente — esos ojos no pasan desapercibidos si alguien los ve juntos... quiero decir, incluso si negaran su parentesco; no serían tomados en serio

Suelta una risa divertida, en cambio mi padre y yo lo miramos avergonzados. Es muy jodido tener que recalcar ese tipo de cosas...

—Vamos señor y joven Melenkov, la señorita Lorak y el señor Volkov los esperan

Asentimos. Él camina hacia la furgoneta, en cambio nosotros le seguimos el paso.

—Joven Melenkov, entonces... ¿es verdad que usted proviene de Kaluga?

—Sí, así es

—Increíble —da la vuelta al cofre para subirse a su furgoneta sin quitarnos la mirada de asombro — disculpen mi incumbencia, pero he oído que la catedral de la trinidad en esa ciudad es de las más bellas en Rusia

Alexander, memorias de un violinista (#2 Saga Amor entre acordes) EDITANDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora