El silencio reinaba en aquella sala. Tan sólo el altavoz llamando a algún paciente era audible cada ciertos minutos. La gente esperaba pacientemente a que les llamasen pero así era urgencias. Él, en cambio... esperaba. Tan sólo podía hacer eso, esperar por unas noticias que no parecían llegar.
Resopló y acarició el cabello de su hijo con suavidad. Se estaba quedando dormido en su regazo y es que era tarde para él. Llevaba más de una hora esperando y no había forma de que alguien le dijera nada. Tampoco tenían obligación puesto que él no era familia ni nada similar a Sasuke. Su sorpresa llegó cuando vio aparecer a su padre por la sala de emergencias. Todavía llevaba su bata blanca, por lo que Naruto imaginó que seguía de guardia.
- Me han dicho que estabas aquí. ¿Estás bien? – preguntó Minato preocupado por su hijo.
- Sí, yo sí. Estoy esperando por noticias de Sasuke. Me dijeron que lo traían al hospital pero... todavía no me han dicho nada.
- Ni te lo dirán – sonrió su padre – no eres familiar, no tienen motivos para darte información de un paciente.
- Pero... él no tiene a nadie más, creo – susurró Naruto.
- Déjame ver qué puedo hacer, ¿vale? Espera aquí.
Minato se acercó hacia la recepcionista y trató de averiguar algo sobre Sasuke Uchiha, aunque por mucha labia de la que disponía su padre, tampoco pareció conseguir mucho. Al fin y al cabo... él era cardiólogo, no trabajaba en urgencias y, por tanto, le restringían sus movimientos en otras áreas.
- ¿Nada? – preguntó Naruto al ver cómo su padre llegaba hasta él.
- No hay forma de que puedas verle, pero... él está bien. Eso es lo que me han contado como un favor personal. Espera un momento aquí – susurró hacia él pese a que su mirada se había desviado por encima del hombro de su hijo y miraba a alguien en el fondo de la sala.
Al ver cómo su padre se movía y caminaba por la sala, se giró para observar a un chico rubio que dejaba una carpeta blanca con papeles sobre el mostrador de recepción. Parecía muy joven y por algún motivo extraño... le sonaba de algo aunque no podía ubicarle con exactitud.
- ¿Estás en urgencias hoy? – preguntó Minato con una sonrisa.
- Sí... la vida del interino – sonrió Deidara.
- ¿Cuántas horas llevas?
- Una eternidad – sonrió intentando evitar mirarle a la cara, pero Minato se agachó ligeramente para ver sus ojeras.
- ¿Cuántas?
- Veintitrés y media – susurró.
- Te queda media hora más, ¿no?
- Me quedan... como cuatro horas más. Mi turno de veinticuatro horas y un compañero que se ha puesto malo y no ha podido venir. Me han pedido que me quede a cubrirle unas horas.
- Necesitas un café.
- Necesito una cama – sonrió Deidara, haciendo reír también a Minato.
- Yo sólo puedo traerte café si quieres. ¿Te has tomado ya alguno?
- He perdido la cuenta a partir del... - pensó cuántos cafés llevaba a lo largo de su jornada – no sé... creo que a partir del veinte. Ahora dime de verdad qué necesitas.
Minato sonrió. Ese chico era inteligente e intuitivo. Algo le olía extraño, seguramente ver a un cardiólogo por urgencias no era para nada habitual. Sus ojos se fijaron entonces en Naruto, al otro lado de la sala.
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Striper forzoso (Naruto, Naru-sasu)
Fanfiction(Adaptación de mi propia obra "Striper a la fuerza" pero con una trama diferente) Resumen: Naruto es un joven empresario abandonado por su esposa. Ante la nueva situación y con un hijo al que criar, decide contratar a un canguro para ayudarle, sin e...