Capítulo 2: Una barra

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El pasillo estaba oscuro pero podía escuchar la música a gran volumen al otro lado. Los espectáculos habían dado comienzo, pero a él le quedaba aproximadamente media hora para salir a escenario. Odiaba ese trabajo pero era lo único que había encontrado para pagar las facturas. Con diecisiete años, sin haber terminado el último curso del instituto y con un bebé en su vientre, nadie le daría trabajo y no podía recurrir a su familia. Estaba completamente solo pero no iba a rendirse. Al final acabó allí, en el bar "Hebi" haciendo la mayor estupidez de su vida, haciendo un trato que cambiaría su vida para siempre.

Orochimaru y Kabuto pagaron todo lo necesario. Le consiguieron un pequeño apartamento frente al local, le pagaron la atención médica, los gastos del niño cuando nació, todo... con tal de que él, una vez recuperado del parto, se uniera a su club como su bailarín hasta que saldara la deuda. En aquel entonces le pareció una buena idea, ahora veía que era penosa, Kabuto se quedaba parte del dinero y él nunca llegaba a poder cancelar la deuda que tenía con esa familia.

- Por fin llegas, Sasuke – escuchó la voz de Kabuto insinuándose – ya creía que tendría que retrasar tu espectáculo.

- Tranquilo, me cambiaré enseguida.

- Eres el único chico aquí capaz de bailar en la barra, eres nuestro mayor espectáculo.

Era cierto todo aquello. Los chicos del local jamás bailaban en la barra, tan sólo se movían, creaban algún espectáculo donde sus disfraces iban desapareciendo hasta quedarse desnudos y poco más, pero él... él era el único capaz de bailar en esa barra que volvía locos a sus clientes. Tan sólo las chicas las utilizaban y ahora... él.

Sasuke quiso simplemente pasar de largo, dejando tras él un chasquido molesto de sus labios por los absurdos comentarios de su jefe, sin embargo, éste cogió su muñeca y lo empujó hasta empotrar su espalda contra la pared del pasillo, juntando su cuerpo al del moreno que alejaba su rostro evitando así que le acercase la cara.

- Tan atrayente y tan indomable como siempre – sonrió Kabuto cerca de su oído – ¿Cuándo dejarás que me meta entre tus piernas? Disfrutarías conmigo y lo sabes, yo pagaría todos tus caprichos.

- Yo no tengo caprichos – dijo Sasuke con una sonrisa retadora.

- Siempre tan soberbio – comentó moviendo su mano hacia la entrepierna del moreno, pero Sasuke cogió la muñeca con fuerza sacando un quejido de Kabuto.

- No me toques, yo no soy como el resto de bailarinas a las que puedes someter a la fuerza.

- Un día serás mío, Sasuke, y disfrutaré con tu cuerpo.

Kabuto se alejó de él con cierto enojo por tener que alejarse una vez más sin conseguir su objetivo. Ese chico era difícil, terco, cabezón y sobre todo... orgulloso. Había intentado bajarle ese orgullo humillándole en esos espectáculos, obligándole a quitarse cada vez más ropa hasta dejarle completamente desnudo, pero él seguía manteniendo ese maldito porte de arrogancia, como si se sintiera superior pese a ser sólo un stripper, aun así, él seguía intentándolo.

- Sal ahí y muévete como la puta que eres – le espetó sin más con una sonrisa en sus labios, como si aquello tuviera que herir su orgullo, pero Sasuke sólo sonrió.

- No me acuesto por dinero – le sonrió abriendo la puerta, demostrándole que él no iba a doblegarse así le insultase una y otra vez, así tratase de herirle con sus palabras, él nunca se doblegaría ante nadie.

Un portazo, eso es lo que escuchó Orochimaru de su hijo cuando entró cabreado por el despacho. Sabía que había vuelto a ocurrir algo con Sasuke, estaba encaprichado con él, con meterlo en su cama, con tenerle sólo para él. Desde la primera vez que le vio indefenso y con un niño en su vientre, Kabuto lo había deseado y ese deseo se había intensificado al verle bailar, al ver cómo los clientes podían tocar su cuerpo y le manoseaban metiéndole billetes en su tanga.

Striper forzoso (Naruto, Naru-sasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora