Menma le observaba mientras le leía el libro por cuarta vez. Sabía que su padre estaba un poco ausente y que le había bañado pronto, dado la cena y arropado porque tenía que irse a trabajar de nuevo. Al final... su padre casi siempre estaba trabajando, sin embargo, adoraba los pocos ratos en común que pasaban, porque sabía de sobra que, para su padre, tan sólo existía él durante esos momentos.
- ¿Te harán trabajar el fin de semana que viene? – preguntó Menma agarrando la colcha con sus deditos.
- No lo creo – sonrió Sasuke – de hecho, mañana no trabajo, así que podré estar contigo todo el día.
- Por la mañana estarás durmiendo – se quejó Menma.
- Pero tengo toda la tarde para ti. Podremos avanzar esa granja de plastilina. ¿Qué te parece?
- Vale – sonrió Menma.
- Ahora a dormir, enano – sonrió Sasuke depositando un suave beso en su frente.
- Buenas noches, papá – comentó finalmente su hijo para colocarse mejor en la cama y cerrar los ojos intentando dormir.
Sasuke se levantó de la cama, cerró el libro y tras guardarlo en la librería, apagó la luz y entrecerró la puerta para evitar que entrase demasiada luz y no pudiera dormirse. Una sonrisa se le escapó unos segundos antes de cerrarla completamente, él era lo más importante en su vida, una vida que ya no tenía nada, ni sueños, ni esperanzas, ni forma en la que escapar, tan sólo le tenía a él, a ese pequeño que le hacía levantarse todas las mañanas para luchar un día más.
Al llegar al salón y cerrar la puerta, observó a Deidara sentado en el sofá, leyendo uno de sus tomos de medicina antes de tener que acompañarle al club una vez más. A él ya le quedaba poco o eso quería creer Sasuke. Tenía una gran oportunidad para salir de ahí, para tener una vida mejor, se lo había ganado a pulso. Estudiando por las tardes, durmiendo apenas cinco horas al día, bailando en las noches y ahora... haciendo las prácticas en el hospital. Ni siquiera sabía cómo aguantaba en pie.
Un bostezo fue lo único que observó que él dejaba escapar, un bostezo al que acompañó enseguida el restregón de sus manos sobre sus ojos intentando incitarles a permanecer abiertos pese al sueño y el cansancio acumulado.
- Deberías tomarte unos días libres – comentó Sasuke.
- No puedo, tengo facturas que pagar igual que tú.
- ¿Y de la carrera?
- Imposible ahora mismo, estoy trabajando con el mejor cardiólogo de todo Tokio, si lo dejo, otro residente sumará más puntos que yo, se acercará más a los médicos o conseguirá llamar su atención y... me quitará la plaza.
- Debe de ser difícil.
- Son como buitres acechando la presa, en cuanto te descuidas, intentan acercarse al médico para captar su atención y tener probabilidades de que quieran trabajar con ellos.
- Y aun así te veo agotado y preocupado.
- Lo estoy, no soy precisamente el que más resalto entre los residentes.
- Pues eso sí que no lo entiendo, tú te graduaste con las mejores notas de tu curso. Te he visto recitar libros enteros casi de memoria, eres brillante.
- Pero no puedo resaltar mucho, porque cuando resaltas demasiado... digamos que todos fijan sus ojos en ti y harían lo que sea para quitarte del medio. Los dos sabemos que no sería nada bueno para mí que mis compañeros descubrieran que estoy trabajando en un club de striptease.
ESTÁS LEYENDO
Striper forzoso (Naruto, Naru-sasu)
Fanfiction(Adaptación de mi propia obra "Striper a la fuerza" pero con una trama diferente) Resumen: Naruto es un joven empresario abandonado por su esposa. Ante la nueva situación y con un hijo al que criar, decide contratar a un canguro para ayudarle, sin e...