¡Ruidos! Era lo único que se escuchaba en la casa, fuertes ruidos de golpes. Los vecinos seguramente pensarían que se peleaban o que se les había caído algo, podría ser que estuvieran montando algún mueble, pero lejos de aquello... su espalda volvió a chocar contra la pared del pasillo con fuerza mientras se dejaba quitar la corbata y la camisa con una rapidez desenfrenada.
- Para mañana, tienes cita a las once con el señor Izanawa – susurró Sasuke entre besos que casi no le dejaban hablar – y a las doces has quedado a comer con...
- ¿Puedes dejar ya de recitarme mi agenda? – se quejó Naruto, volviendo a atrapar los labios del moreno con rapidez mientras sus manos apartaban su propia camisa.
- Soy tu secretario – comentó Sasuke.
- Ya... y los niños están de compras con Hinata – dijo feliz Naruto, sabiendo que eso implicaba sexo salvaje en aquella semana. ¡Una tarde sin niños! – cuéntame la agenda en el desayuno de mañana con ellos – se quejó, lo que hizo sonreír a Sasuke.
- ¿Sabes que tenemos reserva para cenar a las nueve? Son las ocho y cuarto.
- Que le den al restaurante – hundió Naruto su boca en el cuello del moreno, empotrándole contra la siguiente pared en dirección al dormitorio mientras empezaba a desabrochar la bragueta de su pantalón.
Entraron a trompicones por la habitación, tirando la ropa con rapidez y esparciéndola por el suelo. ¡Un día sin niños había que aprovecharlo! Y tenían suerte de que Hinata se quedase con ellos de vez en cuando.
Ni siquiera encendieron las luces, pero no le hizo falta a Naruto para darse cuenta de que se había equivocado de cuarto. Aquella no era su habitación, sino el despacho donde solía trabajar. Toda su mesa estaba llena de papeles.
- Ups – susurró Naruto al darse cuenta de su despiste.
- Da igual, aquí mismo – le soltó Sasuke, incluso más excitado de lo que él estaba.
- ¿Estás seguro?
- ¡Por Dios! Aparta ya esos papeles – casi se enfadó Sasuke.
Con un rápido movimiento de su brazo, Naruto simplemente lo arrastró por la mesa tirando todo lo que había en ella al suelo. No quería perder nada de tiempo y menos sabiendo que tenía esa cita en el restaurante... ¡Aunque iban a llegar tarde! Sasuke sonrió al ver la rapidez con la que Naruto actuaba.
Las manos del rubio se colocaron bajo el terso trasero de Sasuke y lo aupó hasta la mesa de escritorio, quitando finalmente aquella última prenda que le faltaba al moreno, su ropa interior.
Se agachó frente a la mesa y levantó las piernas del moreno por encima de sus hombros, abriéndolas todo lo que pudo para colar su cabeza entre ellas y lamer con pasión aquel miembro que clamaba por atención. Los gemidos de Sasuke no se hicieron esperar, tampoco sus gestos, con una mano agarrada a la mesa y la otra a ese cabello revoltoso entre sus piernas.
Sus dedos se hundieron en la entrada del moreno una y otra vez, ganando mayor profundidad y ayudándose con su propia saliva para dilatarle. Sasuke, en cambio, tan sólo apoyó la cabeza contra la mesa, arqueando la espalda por las caricias y agarrándose con fuerza tanto a la madera bajo él como a ese cabello rubio.
Escucharle jadear era algo que excitaba a Naruto, quien llevó su mano libre hasta su miembro masajeándolo con insistencia.
- ¿Piensas tardar mucho en entrar? – preguntó Sasuke entre jadeos y con claro enojo. Naruto sonrió.
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Striper forzoso (Naruto, Naru-sasu)
Fanfiction(Adaptación de mi propia obra "Striper a la fuerza" pero con una trama diferente) Resumen: Naruto es un joven empresario abandonado por su esposa. Ante la nueva situación y con un hijo al que criar, decide contratar a un canguro para ayudarle, sin e...