Capítulo 4: Primer contacto

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Los oscuros ojos de Sasuke vislumbraron la luminosidad y lo espacioso que era el piso de Naruto. Desde las amplias cristaleras del salón podía ver los rascacielos del centro de la ciudad, con las pantallas luminosas de publicidad. Vivía en una buena zona, muy céntrica y abarrotada de gente de su estatus social.

- Es un bonito piso – le halagó Sasuke.

- Gracias – comentó Naruto intentando esconder de una ligera patada uno de los juguetes de su hijo bajo un mueble.

Pese a que Sasuke vio aquello, mantuvo el silencio. Todo parecía demasiado ordenado, nada propio del Naruto que él conocía y entonces imaginó que lo habría recogido en aquel momento sólo para hacer la entrevista al nuevo canguro. No pudo evitar sonreír al ver un bulto bajo la alfombra del salón. Seguramente ni había recogido la basura, tan sólo la había escondido bajo la alfombra y una de las paredes del pasillo estaba llena de pintura, posiblemente de su hijo. Desde luego debía tener problemas con su hijo.

- Siéntate, por favor – le pidió Naruto indicándole con la mano uno de los sillones, el más alejado al bulto de la alfombra.

Sasuke tomó asiento donde le indicaba, observando cómo Naruto trataba de esconder tras sus pies aquel bulto. El moreno, sin embargo, mantuvo el silencio hasta que Naruto habló nuevamente.

- Lo siento... ¿Quieres tomar algo? ¿Un té o un café?

- No, gracias, no me gusta el café ni tampoco el té. Estoy bien, Naruto. ¿Podemos empezar cuanto antes? Tengo cosas que hacer.

- De verdad que no quieres verme, ¿eh? – susurró algo cabizbajo.

- No he dicho eso pero...

- Ya... te entiendo. Si hubiera sabido que eras tú, no te habría llamado, lo siento, debe ser difícil para ti esta situación.

- Dejemos el tema sobre nosotros y centrémonos en el asunto por el que estoy aquí, ¿vale? ¿Qué necesitas?

- Un niñero – dijo Naruto sin más con una sonrisa.

- Eso ya lo sé, me refiero a qué clase de servicio en concreto. ¿Cuándo trabajas?

- Por las mañanas sobre todo, aunque a veces...

- Ya... te pasas el día en una oficina.

- Tengo muchos asuntos entre manos que requieren de mi presencia, nunca sé exacto cuándo van a necesitarme pero... si pudieras venir por las mañanas, te lo agradecería, está descontrolado completamente. No voy a mentirte, Sasuke... ningún niñero de la ciudad quiere trabajar para mí, mi hijo los ahuyenta a todos.

- No será tan malo.

- Si pudieras llevarle hasta el colegio y recogerle, pasar unas horas con él cuando lo recojas hasta que vuelva a casa, te lo agradecería.

- De acuerdo. Cobro 2.606,11 yenes a la hora, el doble si hablamos de fin de semana.

- ¿Qué? – preguntó extrañado Naruto, lo que hizo que Sasuke se acercase hacia la mesa y le mirase con mayor atención repitiéndole la cifra.

- 2.606,11 yenes, 23,55 dólares americanos, unos... 20 euros – hizo un cálculo rápido Sasuke asombrando a Naruto.

- Lo había entendido a la primera – susurró Naruto – pero... imaginaba que cobrarías más.

- Nadie me contrataría si cobrase más – dijo Sasuke.

- De acuerdo – comentó Naruto recordando que Sasuke siempre había sido orgulloso, no quería ofenderle intentando subirle su tarifa – me ha sorprendido tu agilidad mental para el dinero.

Striper forzoso (Naruto, Naru-sasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora