Capítulo 30: Parque de atracciones.

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Unos leves rayos de luz se colaron a través de la persiana. No eran demasiado intensos, pero fueron suficientes para despertar a Sasuke. Daban la casualidad de darle justamente en los ojos y empezaba a ser molesto. Los abrió con calma, estirándose en aquella mullida cama. ¡Era cómoda! Mucho más que el destartalado y viejo colchón de su habitación. En él hasta sentía los muelles clavándose en su espalda, pero hoy había dormido perfectamente.

Alzó la cabeza para ver en el suelo ese gorro tan característico de Naruto. No pudo evitar sonreír, aún recordaba ese gorro de alguna acampada o excursiones que hacían con el instituto. ¡Todavía lo conservaba! Fue el primer regalo que él le hizo por uno de sus cumpleaños.

Dormía como un tronco, a veces hasta sacaba algún ligero ronquido. No es que fuera un ronquido desagradable, casi le recordaba a un gato ronroneando cuando estaba a gusto. ¡Todo de él le gustaba! Y era muy complicado tener que apartarse y distanciarse cuando en realidad, todo su cuerpo reaccionaba al más mínimo indicio de su cercanía.

Naruto siempre había sido un poco lento para las cosas. Eso hacía que él se preocupase todavía más. Aun así, no era un mal chico ni mucho menos, eso lo sabía. Era cariñoso y dulce, también impaciente y un poco gruñón en ocasiones, siempre ponía caras raras que le hacían sonreír y quizá era eso lo que más le gustaba de él, que no era perfecto. Sin embargo, el miedo que sentía a que volviera a fallarle era demasiado intenso como para querer volver a confiar en él pese a saber el buen corazón que en realidad tenía. ¡Ni siquiera se había enfadado con él al enterarse que le escondió a su hijo! ¿Cómo podía Naruto perdonarle algo así? Sasuke aún no conseguía entender aquella decisión. Desde luego, él se habría enfadado y mucho si hubiera estado en su pellejo.

- ¿Ya es de día? – escuchó que preguntaba Naruto al girarse y ver de reojo cómo Sasuke estaba incorporado en la cama.

- Eso parece.

- ¿Has dormido bien?

- Sí. Mejor que en mi cama, eso seguro.

- Me alegro. Dame unos minutos para despejarme e iré a preparar el desayuno.

- No hace falta, iré yo. Ya estoy despejado.

- Insisto... ve a la ducha, yo prepararé los desayunos mientras.

- De acuerdo – se rindió finalmente Sasuke. Aquella no era su casa y no sabía muy bien cómo comportarse como invitado.

Fue a levantarse, evitando pisar a Naruto bajo él pese a que en el intento, el rubio se movió golpeando su pierna recién apoyada en el suelo, desequilibrando a Sasuke, quien sólo pudo cogerse a la mesilla de noche para evitar caerse, tirando a su vez el despertador de la mesilla sobre la cabeza del rubio.

- Au – exclamó Naruto agarrándose la cabeza.

- Lo siento – susurró Sasuke.

- Tengo que buscar otro sitio para dormir – comentó con una sonrisa Naruto, aunque tampoco es que tuviera mucho espacio en la habitación. Quizá a los pies de la cama.

Naruto esperó hasta que su compañero se metió al aseo de la habitación para incorporarse. Dejó el despertador de nuevo en la mesa y entonces... se quejó a gusto, haciendo muecas raras y de dolor en su rostro. ¡Le dolía la espalda! Dormir en el suelo no le había hecho ningún bien. Quizá ya empezaba a estar mayor para esas cosas. Eso sí... no pensaba decírselo a Sasuke o él mismo habría decidido cambiar de lugar. No iba a dejarle dormir en el suelo.

Esperó unos segundos a que su espalda se recuperase un poco antes de quitarse el gorro de dormir y levantarse como pudo, apoyándose en la mesilla de noche para poder ir hacia el comedor. Al llegar al pasillo, todo seguía en silencio, por lo que supuso que los niños debían seguir durmiendo.

Striper forzoso (Naruto, Naru-sasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora