Amy en multimedia.
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El profesor Flitwick pasaba por la mesa de Ravenclaw anotando los nombres de los estudiantes que se quedarían en el castillo en Navidad, al parecer todos se irían a sus hogares a disfrutar con sus familias de esa fecha tan especial, pero Amy aun no se decidía, quería ir donde su madre y abuela porque hacía mucho que no las veía, pero también quería quedarse a pasar las fiestas navideñas con Snape, pues sabía que éste siempre estaba solo todo el año, por no mencionar fechas, y ella realmente se entristecía por eso.
Quedarse con su padre o pasar las vacaciones en su casa, esa era la cuestión.
Molly y Amber habían decidido ir con sus familias (algo muy típico de los de primer curso) y esperaban que la pelinegra haría lo mismo, pues sabían muy bien lo mucho que ella extrañaba su hogar y lo sola que se sentiría al estar sola en la torre Ravenclaw.
Amy miró hacia la mesa de los profesores, Snape estaba platicando con el director y no había manera que ella pudiese hablar con él, y además le sería imposible bajo las cientos de miradas de todos los comensales del Gran Comedor.
— ¿Señorita Dempsey?
— Profesor Flitwick— comenzó a ponerse nerviosa— verá, aún no he platicado con mi madre y, tal vez haya posibilidades que salga de viaje— inventó — no lo hemos platicado, pero le aseguro que le preguntaré por medio de una carta.
— Está bien, señorita Dempsey, espero su respuesta antes que termine esta semana.
— Muchas gracias, profesor, y la tendrá— Amy sonrió y su Jefe de Casa se marchó.
La pequeña pelinegra suspiró aliviada, no le gustaba mucho inventar cosas, pero la situación así lo ameritaba, tomó de su jugo de calabaza para bajar sus nervios y estaba segura que sus orejas estaban rojas.
Severus interrumpió su conversación con Dumbledore para buscar a su niña con la mirada, la halló entre sus amigas y algunos compañeros de casa, su larga cabellera negra resaltaba mucho entre las chicas de su Casa, la pequeña parecía nerviosa y estaba algo distraída, pensando en alguna cosa que le inquietaba un poco, había tomado rápidamente de su jugo de calabaza y luego sonreía nerviosa a sus amigas. A Severus le preocupó un poco lo que le inquietaba a su hija y se propuso a platicar con ella al respecto cuando tuvieran un tiempo a solas.
— ¿Ocurre algo, Amy?— preguntó Amber un poco extrañada que su amiga no hubiera decidido ya a marchar a su casa— pensé que te morías por ir donde tu familia.
Amy casi se atragantó con su jugo y sonrió tratando de ocultar su nerviosismo.
— Me muero por ir con ellas, pero no sé si mi madre esté disponible para mí.
— Pero estarías con tu abuelita— agregó Molly.
— Sí pero no va a ser lo mismo, y si no estamos las tres juntas preferiría quedarme aquí— eso era verdad, Amy quería que su familia estuviera junta en esa fecha tan especial.
— ¡No puedes hablar enserio! Aquí estarías muy sola y con los profesores vigilándote todo el día— dijo Amber con una mueca de desagrado.
Amy respiró hondo tratando de no perder la paciencia, ¡tal parecía que su amiga nunca la apoyaría!
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¡¿Quién demonios me envía estas cartas?! #2 CASS
FanfictionPara leer esta historia es necesario leer la primera parte que se titula "Cartas a Severus Snape" que lo podrán encontrar en mi perfil.