¡¿Quién demonios me envía estas cartas?! #2 CASS

Capítulo 21

Capítulo dedicado a @nao-chan_15, ¡respira!  gracias por todos tus comentarios. Espero te siga gustando la historia. :)

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— ¿Quién es ella? ¿podré conocerla? ¿se van a casar? — preguntó Amy de sopetón al enterarse que su padre estaba enamorado.

Severus no supo qué contestarle, ¿cómo podía responderle todo eso a su hija si ni si quisiera sabía el nombre de aquella chica? ¿casarse con ella? Esa idea ya había llegado muy a menudo a su mente, y eso le haría muy feliz, al fin podría tener una vida normal, una vida que tanto había anhelado, realmente no sabía que era lo que tenía ese año que hizo llegar a su vida dos hermosos ángeles, dos personas tan lindas  que había llegado a amar; más que deseos pensaba que era su obligación protegerlas y estar cerca de ellas, no permitiría que nadie las lastimara, ¿pues qué clase de padre y hombre sería si no lo hiciera así?

— Amy, por favor, son demasiadas preguntas.

— Pero yo quiero conocerla — yo también quiero conocerla.

— Por el momento no se puede, pequeña— el semblante de la niña se tornó triste — tal vez te cuente nuestra historia, algún día.

Siguieron caminando rumbo al castillo, después de visitar la mayoría de las tiendas de regalos y estar horas en la librería, volvían con su compras a las que Snape había lanzado un hechizo para disminuir su tamaño y guardó en su bolsillos.

— Papi...

Severus dirigió su mirada a la niña que tenía de la mano, él ya conocía casi todas las expresiones de su hija, y sabía que cuando ella comenzaba a decirle “papi” seguido de pausa, era porque no estaba segura de los que iba a decirle. Y Severus añoraba que ella le tuviera total confianza.
Pasó su brazo por los hombros de la niña y la apretó un poco contra su cuerpo.

— Amy, puedes decirme todo lo que quieras, quiero que entre nosotros haya confianza ¿si? Juro que todo va a estar bien, mi niña.

— Papi. ¿Qué va a pasar cuando regrese Voldemort? — el corazón de Severus se paró por un instante.

— ¡Amy, no vuelvas a pronunciar ese nombre! — la niña se sobresaltó un poco al escuchar a su padre tan exaltado.

— Pero... El abuelo Albus lo llama así...

— ¡No voy...! — Severus bajo un poco su volumen de voz — no quiero que pienses en eso, Amy, tal vez nunca vuelva.

— Pero va a volver, Papi, y muy pronto. Ambos lo sabemos.

— No quiero que pienses en eso — abrazó muy fuerte a la niña — vas a estar bien, mi niña, yo me encargaré de eso.

— Papi, lo siento, pero es algo que va a pasar.

Las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de Amy, y sintió cómo su corazón se estaba haciendo chiquito, y los lamentos formaron un nudo en garganta y quiso gritar de dolor, pero debía ser fuerte, por ella, por su padre, por los que amaba, aunque sería difícil era necesario. A los seres humanos nos es imposible predecir el futuro, sin antes haber estado en él. No sabemos lo que va a suceder mañana, ni pasado mañana, ni en una semana o un mes, por ello, es importante disfrutar el ahora y decirles a los nuestros lo mucho que los amamos.