— ¿Crees que Severus me ame tanto como yo a él? — preguntó una chica suspirando.
— No — respondió la otra con rudeza y fría.
Era la misma conversación de todos los días, una de ellas hacía siempre la misma pregunta y la otra siempre le contestaba de mala manera, la chica bufó pero es que esas eran las consecuencias de plantear siempre la misma pregunta y esperar al menos una respuesta afirmativa.
— Pues yo creo que sí — nuevamente suspiró — imagínanos juntos, amándonos.
— Eso nunca va a pasar, estás bien pendeja— la chica miró a su acompañante con el ceño fruncido.— No hace falta que tú lo imagines, con que yo lo haga es suficiente.
— Tú y tus estupideces...
— Mi estupidez es la mejor cualidad que poseo.
— ¡Ay hermanita, estás perdida! — suspiró la chica castaña resignada.
— Y es Severus quien me encontrará, te lo aseguro — respondió la otra sonriente y soñadora — ¿crees que Severus me ame tanto como yo a el?
La chica castaña suspiró más fuerte y más resignada, rodando los ojos, desde hacía años que le era difícil sacar a Snape de la cabeza de su hermana, le parecía algo realmente estúpidos e ilógico, aunque ella también estaba enamorada de actores del Cine de Oro mexicano y comprendía un poco... Muy en el fondo.
— ¿Por qué no me acompañas a comprar algo de ropa? Este diciembre hará mucho frío — le dijo a su hermana para sacarla de la ensoñación que estaba sumergida.
— Está bien, pero no pienso gastar, no quiero acabar todo mi dinero antes de Año Nuevo.
— Tacaña, además tú mejor que nadie sabe que comprar ropa no es precisamente un gasto; estudias contabilidad, tú debes saber más de eso.
— Sí, estudio contabilidad — la castaña sonrió a su hermana al percibir lo mucho que ella amaba sus estudios.
— Entonces vamos, ¡Y no vayas a mencionar a Snape durante el paseo!
— ¡Imposible!
***
— En Hogwarts festejaran la Navidad muy pronto — dijo la chica
— ¡Oh por Dios, me muero por estar en Hogwarts!
— ¡Yo también, y con Severus! ¡Pero qué precioso! — exclamó emocionada la chica.
— ¡¿Severus?! Creí que tenías mejores gustos, hermana.
— ¡Lucero!
Ella se estaba enojando con su hermana, no toleraba que ella dijera esas cosas de su... Severus, para ella él era si todo, su único amor y su complemento.
— Mi Snape es lindo, pero esta vez me refiero a ese precioso abrigo — dijo señalando la prenda que tenía vestido un maniquí.
— Pero eso...
— Es para caballero, sí y...
— Te has imaginado a Snape vestirlo.
— Exacto, hermana. ¡Sería un hermoso regalo de Navidad!
— Ni lo pienses — advirtió.
— Volveré por ese abrigo, te lo aseguro.
— Estás completamente loca.
— Por él, sí.
***
— Buenos días. ¿Qué le muestro, señorita? — preguntó una señora a la chica que acababa de entrar a la tienda de ropa.
— Buenos días. Quiero ese abrigo negro.
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A que no se lo esperaban, ¿verdad?
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¡¿Quién demonios me envía estas cartas?! #2 CASS
FanfictionPara leer esta historia es necesario leer la primera parte que se titula "Cartas a Severus Snape" que lo podrán encontrar en mi perfil.