— ¡FELIZ CUMPLE, PAPI! ¡FELIZ CUMPLE!
Severus sintió el almohadazo en su cara.
— ¡FELIZ CUMPLEAÑOS PAPITO HERMOSO! — Severus sonrió fingiendo seguir dormido — ¡DESPIERTA!
Amy tomó otra vez la almohada y golpeó nuevamente a su papá, éste no daba señales de despertar y tuvo que repetir la acción.
— ¡DESPIERTA DORMILÓN, HOY ES EL GRAN DÍA! — exclamó con una enorme sonrisa en su rostro — ¡PAPI, DESPIERTA YA! AAARRGGG — finalmente Amy se sentó en la orilla de la cama, se sentía frustrada al no poder levantar al adulto.
— ¡BUUUUHHHHH!
— ¡AAAAHHHH! — El grito de susto de la niña debió escucharse por todo el castillo.
Severus se rompió a carcajadas burlándose de la cara que había puesto su hija, Amy se abalanzó sobre él y le regó besos por todo el rostro perdonándole el haberle dado un susto de muerte.
— Mi niña...
— Feliz cumple papi.
— Ves que no había necesidad de gritar tanto — rió un poco — hubieras visto para cara que pusiste... — no pudo continuar porque le dio otro ataque de risa.
— Ja ja ja, gracioso, muy gracioso, señor Snape — dijo sarcásticamente en un tono muy parecido al de su papá.
— Ven aquí, pequeña — atrajo a la niña más a hacia sí — no sabes lo feliz que me hace estar contigo este día, mi niña. Gracias.
— Gracias a ti, papi. Te amo mucho, mucho, mucho — nuevamente le estaba regalando besos.
Severus sonrió, alegre. Pensaba en cómo su vida había cambiado drásticamente, agradeció a quien estuviera en el cielo por el regalo tan hermoso que había mandado a su vida: el amor incondicional de dos mujeres preciosas.
— Tengo un regalo para ti, ahora vuelvo — Amy saltó de la cama y se dirigió corriendo a la sala, abrió la mochila que había traído la tarde anterior y tomó el regalo que estaba envuelto en papel metálico verde y plata, muy Slytherin.
— Amy, ¿no tienes que subir a tu habitación? me refiero a que tienes que estar ahí antes que tus compañeras noten tu ausencia — dijo el pocionista un poco preocupado.
— Ni siquiera te he dado tu regalo, papi — contestó la niña mientras subía a la cama — había pensado en obsequiarte un abrigo pero al parecer tu amiguita se me adelantó — Severus sonrió al recordar el abrigo pero después...
— ¡¿Qué fue lo que dijiste?! ...
— Tu amiga, papá, tu amiga.
— ¿Cómo lo supiste? Responde Amy.
— Así que sí es una chica. ¡Lo sabía!
Severus se mordió el labio enfadado, había caído redondito en la trampa que le había puesto la pequeña.
— Ay papi pero no te enojes. Además de todos modos nunca me ibas a contar de ella. ¡¿Es la chica de la que estás enamorado?!
— Dudo que esa haya sido una pregunta, mi niña.
— Entonces sí — Severus miró extrañado a su hija, el grito y los saltitos no estaba previstos para cuando le contara de la chica — ¡Logró enamorar a Severus Snape, todo el mundo mágico debería postrarse ante ella!
— Amy, ni se te ocurra.
La niña lo miró desilusionada e hizo un puchero. En su mente ya había organizado el gran evento donde todos conocerían a esa valiente todopoderosa. Subió a la cama y cuando llegó a su papá le dio un beso en la mejilla.
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¡¿Quién demonios me envía estas cartas?! #2 CASS
FanfictionPara leer esta historia es necesario leer la primera parte que se titula "Cartas a Severus Snape" que lo podrán encontrar en mi perfil.