Capítulo 25

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— ¡FELIZ CUMPLE, PAPI! ¡FELIZ CUMPLE!

Severus sintió el almohadazo en su cara.

— ¡FELIZ CUMPLEAÑOS PAPITO HERMOSO! — Severus sonrió fingiendo seguir dormido — ¡DESPIERTA!

Amy tomó otra vez la almohada y golpeó nuevamente a su papá, éste no daba señales de despertar y tuvo que repetir la acción.

— ¡DESPIERTA DORMILÓN, HOY ES EL GRAN DÍA! — exclamó con una enorme sonrisa en su rostro — ¡PAPI, DESPIERTA YA! AAARRGGG — finalmente Amy se sentó en la orilla de la cama, se sentía frustrada al no poder levantar al adulto.

— ¡BUUUUHHHHH!

— ¡AAAAHHHH! — El grito de susto de la niña debió escucharse por todo el castillo.

Severus se rompió a carcajadas burlándose de la cara que había puesto  su hija, Amy se abalanzó sobre él y le regó besos por todo el rostro perdonándole el haberle dado un susto de muerte.

— Mi niña...

— Feliz cumple papi.

— Ves que no había necesidad de gritar tanto — rió un poco — hubieras visto para cara que pusiste... — no pudo continuar porque le dio otro ataque de risa.

— Ja ja ja, gracioso, muy gracioso, señor Snape — dijo sarcásticamente en un tono muy parecido al de su papá.

— Ven aquí, pequeña — atrajo a la niña más a hacia sí — no sabes lo feliz que me hace estar contigo este día, mi niña. Gracias.

— Gracias a ti, papi. Te amo mucho, mucho, mucho — nuevamente le estaba regalando besos.

Severus sonrió, alegre. Pensaba en cómo su vida había cambiado drásticamente, agradeció a quien estuviera en el cielo por el regalo tan hermoso que había mandado a su vida: el amor incondicional de dos mujeres preciosas.

— Tengo un regalo para ti, ahora vuelvo — Amy saltó de la cama y se dirigió corriendo a la sala, abrió la mochila que había traído la tarde anterior y tomó el regalo que estaba envuelto en papel metálico verde y plata, muy Slytherin.

— Amy, ¿no tienes que subir a tu habitación? me refiero a que tienes que estar ahí antes que tus compañeras noten tu ausencia — dijo el pocionista un poco preocupado.

— Ni siquiera te he dado tu regalo, papi — contestó la niña mientras subía a la cama — había pensado en obsequiarte un abrigo pero al parecer tu amiguita se me adelantó — Severus sonrió al recordar el abrigo pero después...

— ¡¿Qué fue lo que dijiste?! ...

— Tu amiga, papá, tu amiga.

— ¿Cómo lo supiste? Responde Amy.

— Así que sí es una chica. ¡Lo sabía!

Severus se mordió el labio enfadado, había caído redondito en la trampa que le había puesto la pequeña.

— Ay papi pero no te enojes. Además de todos modos nunca me ibas a contar de ella. ¡¿Es la chica de la que estás enamorado?!

— Dudo que esa haya sido una pregunta, mi niña.

— Entonces sí — Severus miró extrañado a su hija, el grito y los saltitos no estaba previstos para cuando le contara de la chica — ¡Logró enamorar a Severus Snape, todo el mundo mágico debería postrarse ante ella!

— Amy, ni se te ocurra.

La niña lo miró desilusionada e hizo un puchero. En su mente ya había organizado el gran evento donde todos conocerían a esa valiente todopoderosa. Subió a la cama y cuando llegó a su papá le dio un beso en la mejilla.

¡¿Quién demonios me envía estas cartas?! #2 CASSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora