Severus se sobresaltó, Amy le había dicho papá.
¿Será que? No, no, eso era imposible, tal vez esté delirando. Sí, eso es.
Miró a la niña y suspiró, en verdad agradecía que ella estuviera bien, porque si algo malo le habría ocurrido, él nunca se lo perdonaría. Se sintió extraño al pensar en estas cosas, es decir, qué le importaba esa niña, era igual de fastidiosa como todos los mocosos, era insoportable y parecía enojarse por todo y luego tenía cambios de humor y era buena en Pociones... Por un momento a Severus le recordó un poco a él.
Rápidamente desechó esa idea de su cabeza, era realmente imposible. Estuvo mucho rato con ella y sólo reaccionó cuando sintió una mano sobre su hombro.
— Muchacho, deberías descansar— Severus se recompuso inmediatamente, había sido demasiado tonto al mostrarse preocupado por una estudiante más— Ella va a estar.— ¿Y si despierta y no hay nadie a su lado?— preguntó Severus, mientras sentía que algo apretaba su pecho.
— Tal vez estará más horas durmiendo, anda, en el desayuno podrás venir a verla— se produjo un poco de tensión— se que estás muy preocupado por ella, Severus, te he estado observando y también a ella — y el parecido es asombroso— Muchacho, preocuparse por alguien no es malo, lo verdaderamente malo es que no te importe.
— Con decirme que tenía que ir a cumplir mis obligaciones de profesor era suficiente— contestó fríamente, el oscuro profesor.
Dumbledore sonrió negando con la cabeza, pero confiaba en que su pupilo pronto aceptara sus sentimientos y dejara de ser tan gruñón.
— Ahora te alcanzo, iré a avisarle a Poppy para que venga a estar con ella— Albus golpeó la puerta del pequeño despacho y una vez que se hubo abierto entró a charlar con la señora Pomfrey.
Severus Snape se acercó a la niña, comprobando que ella siguiera dormida, y muy suavemente depositó un beso en su frente.
“Descansa, mocosa insoportable”
Se rió un poco de sus propios pensamientos sin estar cien por ciento consciente que le había dado dado una muestra de cariño a la pequeña.
— Conmovedor— susurró el anciano profesor a sus espaldas, él se volteó a mirarle y pudo observar en sus ojos un brillo especial, como si quisiera llorar y sí, estaba conmovido. Severus rodó los ojos.
— Vamos.
No cruzaron palabra hasta que estuvieron cerca de separar sus caminos.
— ¿Qué ha pasado con la chica de las cartas? — preguntó con curiosidad, Dumbledore.
— No entiendo porqué preguntas cosas que ya sabes.
— Porque quiero escucharte hablar de ella, muchacho— contestó divertido.
— No quiero hablar de ella— el profesor Snape ya estaba enojado, ¿acaso este viejo no puede ocuparse de sus propios asuntos?
— Tal vez podrías decirme de una vez que te gusta.
— ¡Eso no es cierto! — exclamó Severus fuera de sí.
— Al igual que no es cierto que te preocupas por la señorita Dempsey.
— ¡Albus, métete en tus propios asuntos! Sabes mejor que nadie que a mí nadie me interesa.
ESTÁS LEYENDO
¡¿Quién demonios me envía estas cartas?! #2 CASS
FanficPara leer esta historia es necesario leer la primera parte que se titula "Cartas a Severus Snape" que lo podrán encontrar en mi perfil.