64. La boda de Nereida

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Amaneció muy tranquilo en Cristaló, la luz daba una sensación de paz y armonía. Las chicas se levantaron muy temprano. Nereida lucía radiante, Esmeralda tuvo que despedirse para partir al Shésimu a informar sobre las vacaciones.

La muchacha se dirigió con Amalia directamente, la mujer realizó todo el proceso rápidamente y cuando la muchacha se disponía a salir del establecimiento, se encontró con Cindél.

—Hola, Esmeralda —saludó la chica.

—¿Cómo te va, Cindél? —respondió su amiga dándole un abrazo.

—Bastante bien, estoy muy emocionada por ir a la boda de tu amiga ¡me encantan esos eventos!

—Me alegro mucho —comentó Esmeralda sonriente.

—Sabes, Wolt me invitó a ir como su acompañante a la boda —confesó Cindél ruborizándose.

—¿De verdad? —preguntó emocionada la chica.

—¡Sí! La verdad ahora tengo mucha curiosidad de conocerlo.

—Pues te deseo la mejor de las suertes, ahora tengo que irme, la ceremonia comenzará en un par de horas —dijo Esmeralda y le dio un abrazo a su amiga

—¡Nos vemos en un rato!

Esmeralda apresuró el paso, quedaron de verse ya en «El jardín encantado» para ayudar a Nereida a arreglarse. La chica pasó primero a la escuela por un vestido que compró semanas atrás para un evento tan especial, lo tomó y salió corriendo hacia el lugar en cuestión.

Llegó y mostró su invitación, los empleados del lugar fueron a informarle a Nereida para dejar entrar a su amiga. La chica autorizó la entrada y Esmeralda fue conducida hacia la hermosa casita en donde la estaban esperando.

Del lado derecho estaba Iniesto, Esmeralda estaba apresurada, pero notó que Dimitri estaba en la entrada de la casita sentado con unas cajitas en sus manos.

—¿Con que tú darás los anillos? —dijo sonriente la muchacha.

—¿Has pensado en especializarte en investigación? —bromeó el chico y su amiga se rió y se sentó a su lado.

—¿Qué te parece todo?

—Apresurado, pero... No siento que esté mal, jamás vi a Iniesto así —confesó el chico.

—Te noto un poco triste —dijo Esmeralda.

—Iniesto se va a casar hoy y Nereida será su esposa. Ella sabe en donde está él y él sabrá dónde está ella. A veces... no todo es así de justo.

—¿Lo dices por Shinzo, cierto?

—Es muy probable que no la vuelva a ver en toda mi vida, ella se graduará el próximo año y quién sabe quién la elegirá como dama de compañía —continuó diciendo el muchacho.

—Oye, Dimitri, si tu destino es estar con ella no interesa si se separan un tiempo, si la vida así lo decide, se volverán a ver —tranquilizó la muchacha a su amigo que sonrió.

—Creo que tienes razón —dijo Dimitri y Esmeralda asintió.

—Tengo que irme ya, pero mucha suerte, Dimitri —concluyó la chica y subió por las escaleras izquierdas.

El interior de la casita era precioso, escuchó voces de emoción que reconoció como las de sus amigas, entró a un cuarto y ahí estaban. Nereida ya tenía puesto su vestido y lucía muy hermosa.

—¡Esmeralda! —gritó Nereida aliviada—. Al fin llegaste.

—Te ves muy linda, Nereida —halagó la muchacha a su amiga.

Imperia: Corazón de Esmeralda  | Primer libro ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora