Capítulo 14

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Pese a lo estupendo que era tener a su padre con él y que encima le recordara, las buenas noticias duraron muy poco. Prácticamente lo que tardaron en salir de la estación. Porque, aunque fue maravilloso poder tener más libertad de movimiento y salir por la puerta principal sin volver a aparecer mágicamente en su interior, que era lo que le había pasado desde que despertó allí, lo que se encontró fuera no era precisamente esperanzador.

Era puro caos.

Beacon Hills se había convertido en un auténtico laberinto sobrenatural por culpa de la inminente unión de las dos realidades. Y es que era cruzar una esquina para acabar dentro del instituto, de la comisaría o de su propia casa, pero donde siempre había elementos de la estación de la que acababan de salir.

- Y yo que pensaba que ya lo había visto todo –murmuró el Sheriff cuando se encontraron mágicamente en el interior de la comisaría.

Como Stiles estaba más acostumbrado a ver cosas que no tenían ningún sentido, rápidamente se olvidó de la poca lógica que tenía todo aquello para centrarse en los detalles que, esperaba, les indicaran el camino correcto.

- Es raro que los únicos sitios que aparecen sean los que conocemos ¿no crees? –preguntó al fijarse en el corcho que siempre tenía en su habitación, repleto de hilos rojos uniendo todos los misterios que quedaban por resolver, pero que ahora colgaba de la pared del despacho de su padre.

- Decías que los Jinetes jugaban con los recuerdos –aventuró el Sheriff-. Tal vez nosotros sólo somos capaces de ver los lugares que conocemos. ¿Qué pasa?

- No me gusta.

- ¿Qué parte exactamente? ¿La de estar atrapados en un laberinto? ¿O que de repente nuestra casa se haya convertido en una sala de espera repleta de desconocidos? –murmuró cuando giraron una esquina y, efectivamente aparecieron en el salón de su casa.

- No hay nada de Derek... No hemos visto ninguno de los sitios que forman parte de su vida.

- ¿Y no puede ser que eso sea porque nosotros no somos Derek? –preguntó, sacando su lado más irónico.

- Pero yo formo parte de su vida... ¿No?

- No entiendo adónde quieres llegar.

- Al principio no me acordaba de él –murmuró con pesar-. ¿Y si por mi culpa ahora no puedo encontrarle?

- No creo que sea eso.

- ¿Cómo estás tan seguro? Estuve durante horas, o días, hablando con él como si fuera un desconocido.

- Dudo mucho que pasara eso. –Le sujetó entonces de ambos hombros, obligándole a parar. Si querían detener a los Jinetes necesitaba a su hijo alerta y concentrado al cien por cien. Y nada de eso iba a pasar si lo único que ocupaba su mente era la culpabilidad-. Stiles. En cuanto esos Jinetes te secuestraron me olvidé de ti. Y daba igual lo que me dijera Scott de que su mejor amigo era mi hijo, no le creí.

- No te culpo por ello. Sé que...

- Déjame terminar –le interrumpió con cariño-. Todo ese tiempo estuve en casa, convencido de que en mi vida sólo tenía a una persona a mi lado. Y esa persona era tu madre.

- ¿Mamá?

- No sé cómo, pero me hicieron creer que en realidad tu madre no había muerto y que seguía conmigo. Y que ella era la única familia que tenía... Supongo que lo hicieron para que no me planteara buscar a mi único hijo y me conformara con ser feliz con mi mujer a mi lado.

The Other SideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora