Capítulo 21

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Stiles perdió la noción del tiempo.

Incluso podía ser que se hubiera quedado dormido entre los brazos de Derek, pues cuando volvió a ser consciente de dónde estaba se percató de que había menos luz en el loft y que ahora estaban solos.

Y aunque necesitaba desesperadamente un descanso, pues no tenía ni idea de cuánto tiempo había transcurrido en el mundo real el tiempo que estuvo secuestrado, pero apostaba a que había sido mucho... ¿en serio había llegado a dormirse estando de pie?

Y vale que los brazos de Derek eran firmes y cómodos al mismo tiempo pero...

- ¿Dónde están todos? –preguntó, mirando a todos lados, incapaz de reprimir un bostezo.

- Se han ido hace un rato.

- No me he dado cuenta.

- No querían que lo hicieras –explicó con una leve sonrisa.

- Me sorprende que mi padre no me haya dicho nada... Sobre todo siendo esta la primera vez que nos ve juntos.

- Créeme, no le ha hecho falta. Cuando pasaba por mi lado ha señalado sutilmente su arma. Me ha quedado perfectamente claro.

- O sea, que habéis tenido la famosa conversación de "como le hagas daño a mi hijo te mato" sin necesidad de usar palabras –mostró una sonrisa cansada- Teniéndote como yerno, no podía ser de otra manera.

Derek se dejó contagiar por su sonrisa, que duró menos de lo acostumbrado en él. Se le veía cansado, pues apenas podía mantener los párpados abiertos. Aun así, intuyó que había algo más.

- ¿Estás bien? –preguntó, tomándole de la mano para acompañarle hasta el sofá. Les vendría bien sentarse un rato.

- No estoy muy seguro. Aún no me puedo creer que estés aquí... -No quiso soltar su mano cuando se sentaron. Al contrario, le agarró con más fuerza, asegurándose de que no se iba a ningún sitio-. ¿De verdad eres tú?

- Soy yo.

- Pero... ¿cómo es posible? Habías decidido quedarte al otro lado. Y en cuanto el tren pasó de largo se acabaron todas las posibilidades de salir de allí.

Derek apretó los dedos de Stiles, queriendo asegurarse también de que era real, y le besó en la frente para sentir una vez más el calor de su piel.

Era fantástico estar en casa.

- Fue muy extraño... -explicó, intentando poner en orden los acontecimientos de las últimas horas-. Después de que Peter te llevara a rastras hubo un momento de caos. Supongo que fue cuando el tren pasó de largo y todos los que estaban esperando para subir en él se encontraron con que tenían que tomar una decisión: o volver a casa o quedarse en la estación.

- ¿Y qué pasó?

- La mayoría eligió volver a casa. Se veía cuándo tomaban esa decisión porque de repente parpadeaban y miraban a todos lados, como si por primera vez fueran conscientes de dónde estaban realmente, y comprendieran que no era allí donde querían estar... Y tan pronto como eso pasaba desaparecían.

- Has dicho la mayoría...

- Sí. Hubo algunos que siguieron dentro de la ilusión creada por los Jinetes... Eran los únicos que estabana rodeados por otras personas. Y los únicos a los que se les veía felices, aunque siguieran dentro de una estación abandonada, porque al menos no estaban solos.

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