Capítulo 8

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A raíz de aquel beso las prioridades volvieron a cambiar. Y de buscar una salida, su única preocupación fue la de encontrar la zona menos concurrida de la estación para tener un poco de intimidad.

Tal y como estaba el resto de la gente sabían que podían ponerse a gritar como locos o incluso montárselo en el suelo en mitad de la sala de espera, que nadie diría ni haría nada, pues ni siquiera serían conscientes de lo que estaba ocurriendo. Pero eso no significaba que ellos sí supieran que estaban rodeados de personas.

Y ya era triste haber descubierto que estaban juntos estando atrapados en otra realidad, como para que encima sus primeros momentos románticos tuvieran lugar rodeados de zombies.

Por no hablar del hecho de que, aunque ya supieran que estaban juntos, la mayor parte del proceso por el que habían pasado de ser amigos a más que amigos seguía estando borroso en sus mentes. La situación ya era bastante extraña de por sí como para actuar como si fueran dos adolescentes con sobredosis de hormonas.

Así que volvieron a la taquilla en la que se habían escondido de los Jinetes cuando estaban buscando la manera de salir de allí. Ya habían comprobado que era un lugar donde aquellos seres nunca miraban, por lo que tendrían más intimidad.

Una vez dentro cerraron la puerta, que misteriosamente volvía a tener el cristal intacto, aunque no le dieron la menor importancia, más preocupados por sentarse en el suelo para asegurarse de que no se les viera desde fuera.

Entonces se miraron el uno al otro con cierta timidez, sin saber muy bien qué hacer, hasta que sorprendentemente fue Derek el primero en hablar:

- ¿No te recuerda esto a esas pruebas en las que debías estar encerrado en un armario con una chica durante 7 minutos?

- Nunca me he visto en esa situación –confesó Stiles, un poco avergonzado-. Pero entiendo lo que quieres decir.

- Si quieres podemos volver a la sala de espera.

- No. Prefiero quedarme aquí. Tal vez la situación sea extraña, sabiendo ahora lo que sabemos que pasó entre nosotros pero sin recordarlo del todo... Pero seguimos siendo nosotros, ¿no?... Y por si te lo estás preguntando, no me arrepiento de lo que ha pasado antes.

- Yo tampoco me arrepiento.

En la sonrisa de Stiles había más alivio que felicidad. Pero una vez desapareció el miedo a que Derek no estuviera conforme con su actual decisión, dejó de pensar en cómo debía comportarse con él y, simplemente, fue él mismo.

- Es curioso cómo pueden mejorar las cosas con un simple cambio de perspectiva, ¿no crees? –le sonrió de medio lado-. Hace nada estaba desesperado por salir de aquí y ahora... –Observó el pequeño cuartito en el que se encontraban para terminar fijando la mirada en el rostro de Derek-... Ahora empiezo a verle su encanto al aspecto abandonado.

Derek rio ante el comentario genuinamente Stiles, y entonces hizo algo que no era nada propio del Beta. O al menos algo que el Stiles que estaba encerrado en una realidad paralela y al que le habían robado parte de sus recuerdos no recordaba haberle visto hacer jamás: el hombre lobo apoyó la espalda en la pared, buscando una postura más cómoda, y una vez la encontró agarró al chico de los hombros para que se pusiera junto a él; más concretamente, para que se colocara entre sus piernas abiertas y con la espalda apoyada en su pecho.

Tan pronto le tuvo como quería, abrazó su cintura con ambos brazos para tenerle pegado a él todo lo posible y besó su hombro. Stiles apenas pudo notar el roce de sus labios por culpa de la ropa, pero que hubiera hecho aquel gesto tan tierno hizo que su corazón comenzara a latir a mil por hora.

The Other SideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora