Capítulo 25

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Peter y Derek volvían a estar en el loft, teniendo una conversación trascendental que marcaría un antes y un después en su relación.

Lo más sorprendente fue que cuando le explicó que la idea se le había ocurrido a Stiles, no le pareció nada extraño. Como si el hecho de que su novio pensara en las uñas de su hermana muerta no fuera algo bastante espeluznante.

Los verdaderos problemas llegaron cuando Peter le entregó el tarro de madera con el símbolo de los Hale en la tapa. Entonces aquella idea se convirtió en algo real.

Y en algo que le aterrorizaba.

- No puedo hacerlo –susurró Derek sin coger el tarro.

- Nada te lo impide.

- No lo entiendes. No fui capaz de decirle la verdad cuando sólo estábamos nosotros dos... ¿Cómo voy a hacerlo ahora sabiendo que ella murió por mi culpa?

- Si no recuerdo mal, fui yo quien la mató. Yo soy quien más reparos tendría que tener a la hora de hacer esto.

- Entonces por qué quieres que hable con ella.

Peter Hale suspiró.

Esa era una buena pregunta.

Y la misma que llevaba planteándose desde el mismo instante en que Stiles le contó su plan. El mimo que tendría que habérsele ocurrido a él hace mucho tiempo, cuando empezó a presumir que ahora era un lobo reformado, y principal motivo por el que tardó tan poco en aceptarlo.

- Porque necesitas cerrar esa etapa y dejar atrás el pasado. Sólo así podrás avanzar. Yo he podido hacerlo gracias a Malía. ¿Por qué tu no?

- ¿Y si Laura me odia por lo que hice?

- Sólo tienes una manera de averiguarlo.

Derek observó el tarro de madera, sintiendo el mismo pánico que le producía ver el tarro en el que estaba guardado el último resto del Nogitsune. Ese que se había encargado de mantener bien custodiado en un lugar que sólo él conocía.

Un último vistazo a su tío, quien asintió asegurándole de que estaba haciendo lo correcto, fue lo que terminó de ayudarle a decidirse.

Inspirando profundamente tomó el tarro, lo abrió y volcó su contenido sobre la mesa de metal.

Al contemplar las uñas tuvo que agarrarse a la mesa. Estaba tan nervioso que no sería extraño que acabara vomitando.

El mayor de los Hale se encargó de todos los detalles: acercó una silla para que su sobrino se sentara en ella, colocó las uñas en la posición correcta para que pudiera clavárselas, y soltó un pequeño gruñido de dolor cuando lo hizo sin perder mucho tiempo en los prolegómenos.

- ¿Estás bien? –preguntó Derek a su lado, a lo que respondió con una mueca fanfarrona.

- No te preocupes, soy un chico duro. Pero te doy puntos por la repentina preocupación hacia tu querido tío.

- Yo no... -iba a quejarse cuando se dio cuenta de que sólo estaba intentando entretenerle y que dejara de estar tan nervioso. Volvió a respirar hondo cuando Peter se colocó detrás de él, tratando de relajarse-. Espera –pidió cuando colocó una mano en su hombro-. ¿Quieres que le diga algo de tu parte?

La pregunta trastocó a Peter.

No había mentido cuando dijo que él era quien tendría que tener más reparos en hacer todo aquello, pues Derek estaba a punto de hablar con esa sobrina a la que asesinó para convertirse en Alfa en un ataque de locura.

The Other SideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora