Capitulo 2

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Nuevos vecinos

Matthew

Miro por la ventana de mi habitación, fuera ya es más de media noche y una gran luna se alza sobre una ciudad que casi nunca duerme, agradezco que mis padres sean adinerados y vivan lejos del tráfico y el bullicio de la ciudad, aquí parado frente a la ventana puedo respirar con tranquilidad, puedo ser yo mismo, un simple chico de 19 años que está cursando su tercer año de preparatoria; al que le gusta estudiar y leer un buen libro, él que se emociona viendo series como CSI, que quiere estudiar para ser criminalista, el que quiere tener una novia linda y dulce que lo quiera de verdad.

En este momento, mirando el hermoso cielo no tengo que ser el gran jugador de futbol hijo de una familia rica perfecta, alguien que tiene que fingir ser un perfecto "mujeriego", el que oculta sus buenas notas ante sus amigos para lograr estar en el equipo sin que nadie lo tilde de ser un nerd, el que se rodea de supuestos amigos y es el chico más popular de la preparatoria, aquel que lo único que tiene para su futuro es ser jugador de fútbol profesional o el gerente de la empresa de su padre pero nada más que eso.

Pensando así cualquiera diría que tengo dos personalidades, aunque si lo analizo es completamente cierto: para los ojos del mundo y de mi padre, en especial para el segundo, debo ser el gran Matthew Thompson, pero para mi madre y para mí, cuando estoy en casa y mi padre no está, en estos momentos de paz y tranquilidad solo soy Matt, un chico tranquilo a quién le gusta las estrellas y sueña con un futuro completamente distinto al que el destino eligió para él.

Cierro mi ventana y me dirijo a mi cama para descansar, en el camino cojo el último libro que he estado leyendo en mis tiempos libres, observo la portada de "La ladrona de libros", hasta ahora ha sido un libro increíble contado desde una perspectiva que no había leído antes, lo abro donde lo tengo marcado y empiezo a leer hasta que al cabo de un rato me quedo dormido.

Despierto temprano y me organizo tranquilamente, el despertador suena cuando me estoy colocando mi camiseta azul oscuro con un jean negro y mis Nike, no me sorprende, hace mucho tiempo que me despierto mucho antes de que la alarma de la señal; me miro al espejo y desordeno un poco mi cabello para completar mi estilo, ese estilo de casanova que me gastaría mucho más sino tuviera tantas sombras y sonrisas fingidas detrás. Antes de salir de la habitación miro por la ventana y me doy cuenta de que hay varios carros de mudanza en la casa de enfrente, por fin alguien decidió comprar la casa que lleva vacía desde la muerte de Kathe Miller hace casi dos años.

Pensar en Kathe hace que mi corazón se apriete con dolor, aunque me repito a diario que ya la he superado a ella, que su muerte ya es parte del pasado, que no es mi culpa, mi corazón se empeña en llevarme la contraria. Sé que ya no la amo, hace mucho tiempo dejé de hacerlo, incluso antes de su muerte, pero aún ahora no puedo dejar de culparme por lo que le pasó, no puedo evitar pensar que soy el responsable de su muerte y eso es peor que cualquier otra cosa.

Le doy la espalda a la casa antes de que mi mente divague y me hunda más, bajo a la primera planta para desayunar junto a mis padres que ya están sentados a la mesa esperando por mí, mi madre me saluda con una cálida sonrisa y mi padre ni siquiera baja el periódico que está leyendo, quisiera decir que me decepciona pero tengo dos razones por las que no es así: la primera es que ya me acostumbre a esto y la segunda es que prefiero que no me mire para que así no empiece a decirme con la mirada o con palabras todas mis fallas y carencias, todo lo que hace ser insuficiente para él.

Me siento y empiezo a comer mi desayuno de forma tranquila hasta que mi padre decide que somos merecedores de un poco de su atención.

—Tu entrenador me dijo que estás mejorando mucho y que serás un gran jugador profesional, pero tienes que esforzarte el triple como mínimo si quieres llegar a las grandes ligas, parece que ese es el único futuro que tienes así que intenta no perderlo— me mira de forma despectiva y yo asiento porque responderle hará las cosas feas.

Tenías Que Ser Tú (Amor I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora