Capitulo 4

205 51 68
                                    

Una Rareza Total

Matthew

Miro a los chicos nuevos parados frente a mí, un chico de cabello castaño claro, ojos azules, alto, de piel levemente bronceada, porte confiado y risueño; a su lado la chica de cabello completamente negro, ojos café, pequeña y tan blanca que parece de porcelana, con la mirada gacha y sonrisa tímida, son completamente diferentes, tanto que parece que sus clases sociales los separa incluso en eso.

Al escuchar el apellido del chico sonrío porque me doy cuenta de que es mi nuevo vecino, por otro lado, el nombre de la chica no me suena para nada, lo más probable es que sea una becada más en la preparatoria, ni siquiera de clase media, casi siento lástima por lo que la van a hacer pasar.

Brina mira por todo el salón hasta que su vista se detiene en mí y luego va hacía Mckeila, repite el proceso un par de ocasiones más y luego toma una decisión, para mí sorpresa ella camina con paso firme hasta mí y se deja caer en el asiento vacío a mi lado, Thomas, sentado sólo un puesto más adelante, me lanza una mirada pícara y es allí cuando me doy cuenta que varios compañeros me están mirando, esperando a que la moleste un poco, esperando que actúe como el supuesto hombre idiota y hormonado que soy; miro a la profesora quien ha empezado a dictar la clase y luego me acerco a mi víctima.

—No te ilusiones, no soy un chico fácil y tampoco salgo con becadas— algunos estudiantes que están cerca se ríen, ella se voltea hacía mí y me mira fijamente a los ojos, de cerca de me doy cuenta de que sus ojos tienen algo extraño y no son completamente cafés, tienen un tinte un poco diferente, pero lo que me sorprende no es eso, sino que su mirada es firme y ya no es la chica tímida que estaba al frente hace unos minutos.

—Estoy muy sorprendida de que tengas más de dos dedos de frente y hayas cogido a la primera que soy una becada, dime ¿es por mi ropa no tan elegante como la de las tontas superficiales que llevan todas las del salón o usaste tu cerebro para ver si mi apellido te sonaba de algo? Mejor no me respondas que tu sonrisa de estúpido me lo dice todo, y además No te preocupes, afortunadamente yo no salgo con idiotas— dice con la voz más firme aún que su mirada, aunque lo dice suavemente para que solo la escuche yo, su respuesta me sorprende más de lo que ya lo estaba, voltea nuevamente hacía el frente y empieza a tomar nota sin dedicarme ni una mirada más; Thomas quién tiene muy buen oído me mira entre incrédulo y sorprendido, una mujer nunca había reaccionado así conmigo, la mayoría se me tiran encima y las otras cómo mínimo se sonrojan, pero ella no, ni siquiera a pestañeado al responderme y tras eso me ha parado el pie como si mi atención fuera incluso desagradable, sin contar que me ha llamado idiota.

El resto de las clases pasan sin percance, Brina no vuelve a sentarse a mi lado, por el contrario, trata de sentarse lo más lejos posible de mí, lo que no es difícil porque para demostrar el desprecio colectivo mis compañeros de clase decidieron dejarle libre los puestos al final del salón y pedir dos sillas más en dirección. La última clase del día comienza y Ángelo se sienta a mi lado.

— Mucho gusto, Ángelo— dice alegremente mientras se gira hacia mí cuando la clase está cerca de terminar.

— Mucho gusto, Matthew— respondo con la misma alegría — así que por fin tengo la oportunidad de conocer y hablar con mi vecino— él me mira confundido — vivo frente a tu casa, la semana pasada leí el apellido Rizzo en la entrada de vuestra casa y supongo que eres el hijo de los nuevos dueños.

— Oh— su sonrisa se ensancha — es bueno saber que hay otro chico cerca, los últimos días han sido muy aburridos, además de que aquí no he tenido oportunidad de hacer amigos.

—¿Eres hijo único? — pregunto curioso.

— No, tengo una hermana menor pero las cosas no parecen estar bien entre nosotros, aunque yo pensaba que si— su ceño se frunce al mencionarla.

Tenías Que Ser Tú (Amor I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora