Capitulo 15

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La Chica Porcelana

Matthew

Miro atentamente a la chica sentada frente a mí, su cabello negro y su piel completamente blanca, forman un contraste maravilloso; es una chica hermosa.

—Hola Matt— susurra lentamente.

—Hola— respondo teniendo en cuenta la educación que me inculcó mi madre, pero tomo aire para poder hablar e intentar resolver mi duda casi existencial — ¿Quién eres?

Sus ojos negros se abren y luego sacude su cabeza como si intentara organizar sus pensamientos, se queda en silencio un rato para finalmente volver a mirarme.

—Voy a decirle al médico que despertaste, también llamaré a tu madre para darle la gran noticia, estará muy contenta de que hayas vuelto— antes de que yo pueda volver a preguntarle ella se levanta y sale de la habitación a toda prisa.

Al poco rato llega un doctor y varias enfermeras y empiezan a revisarme, el doctor dice que me tienen que hacer varios exámenes y luego salen todos de la habitación para dejarle espacio a mi madre que entra completamente emocionada: me abraza, me llena de besos el rostro y luego empieza a hablar sin cesar, sonrío al verla caminar y dar saltos por toda la habitación, pero parte de su alegría desaparece cuando yo abro mi bocaza.

— ¿Dónde está mi padre? — ella mira para todos lados mientras piensa que responder.

—No sé nada de él desde que te accidentaste— su respuesta es bastante simple.

— ¿Cuándo fue eso?

—El martes.

— ¿Qué día es hoy?

—Domingo.

— ¿Qué me sucedió? — pregunto por fin, dándome cuenta de que hablar de mi padre es lo último que ambos queremos hacer.

— ¿No lo recuerdas? — niego con la cabeza —un auto te atropelló cuando intentabas pasar una calle.

—Pero si yo siempre he sido cuidadoso— digo con incredulidad y ella sonríe.

—Es que esta vez intentabas alcanzar a Brina y ella no te lo estaba dejando fácil— sonríe más ampliamente.

— ¿Quién es Brina? — su cara palidece cuando se da cuenta que no estoy bromeando.

— ¿No la recuerdas?, ella estaba aquí cuando despertaste— aclara ella finalmente, pero soy consciente de que tiene casi tantas dudas como yo.

—Ah, la chica porcelana— así que esa chica es Brina, sigo sin tener idea de quién es, pero por lo menos ya tengo su nombre.

— ¿Chica porcelana? — mi madre frunce el ceño.

—Claro, es pequeña y blanca como una porcelana.

—Que creativo— dice ella riendo.

—Aun no entiendo por qué yo la perseguía, lo único que sé de ella es que cuando desperté estaba aquí mirándome.

—Estaba aquí mirándote porque ella te estaba cuidando.

—¿Y por qué me estaba cuidando ella y no tú?

— ¿Qué recuerdas de antes? — pregunta curiosa.

—Recuerdo estar entrenando con un chico nuevo, Ángelo, tú lo conoces, es el chico que vive frente a nuestra casa; pero no recuerdo nada más, son imágenes borrosas en mi cerebro.

—Ustedes entrenan frecuentemente, pero te diré que hace un mes que empezaron a entrenar juntos y que Brina es su hermana.

—¿Dónde estudia ella?

Tenías Que Ser Tú (Amor I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora