Capitulo 21

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Engaños En La Oficina

Brina

Después de una linda noche al lado de Thara y Matt, un largo día de preparatoria me espera. Thara y yo nos tomamos nuestro tiempo en organizarnos y cuando salimos en el auto de Ángelo la veo cerrar sus ojos y suspirar absorbiendo el aroma que flota en el ambiente, de verdad le gusta mucho mi hermano. Anoto como un nuevo propósito a mi lista hacer que ellos dos terminen juntos, seré casamentera por mi amiga y mi hermano.

Mi hermano nos deja a dos manzanas de la preparatoria como ya es habitual y caminamos charlando hasta llegar a los pasillos de Fairchild, sacamos nuestros libros del casillero y nos dirigimos a la primera clase y por primera vez desde el paseo de bienvenida me cruzo con Mckeila. Tiene una venda blanca en el tabique lo que me confirma que aquel golpe le rompió la nariz, no puedo evitar esbozar una sonrisa de satisfacción y cuando nuestras miradas se cruzan sus ojos se llenan de temor, el objetivo no era que me tuviera miedo, pero también me sirve.

Mckeila está acompañada por un grupo de chicas a las que ella llama "amigas" y cuando pasamos empiezan a hacer comentarios.

—Dios las hace y las raritas se juntan— algunas sueltan risitas, Mckeila entona la risa más forzada de la historia.

— ¿Viste la cara de Mckeila? parece que le diste un buen golpe, tal vez deberías plantearte ser mi guardaespaldas alguna vez— me dice Thara cuando entramos al salón de clases y yo río.

—Seguro que sí, amiga mía— respondo divertida.

El resto del día y de la semana transcurre normal, mi relación con Matt se afianza y cuando nos encontramos en los pasillos o nos sentamos juntos en clase me susurra cumplidos o me guiña el ojo y aunque no volvemos a dormir en la misma cama por respeto a nuestros padres si salimos a pasear y compartimos momentos lindos en casa, le enseño mi santuario y ambos disfrutamos leyendo; en la preparatoria todo sigue igual, aunque ya no me molestan tanto como al principio no quiere decir que ahora me aceptan y de vez en cuando escucho comentarios ofensivos o soy víctima de una zancadilla o empujón en el pasillo, Mckeila ha evitado meterse conmigo pero esparció el rumor de que yo la golpeé porque soy una callejera arrastrada mientras ella es una dama de clase alta y Clarie ha aprovechado el rumor para hacer bromas y comentarios de mal gusto en clase.

Hoy es sábado y Grace y Matt han decidido volver a su casa después de un largo período de vivir con nosotros, están decididos a enfrentar al señor Thompson. Mi madre y yo los vamos a acompañar para verificar que todo esté en orden y ser testigos o mediadores en caso de que sea necesario, con un señor tan agresivo cualquier cosa mala podría suceder.

Cuando la señora Grace abre la puerta principal todo está en organizado y limpio, cualquiera pensaría que ellos nunca han salido de aquí, supongo que los empleados de la casa mantienen la casa organizada por orden del señor Thompson.

Mi madre y la señora Grace se dirigen inmediatamente a la segunda planta mientras que Matt y yo nos quedamos en la puerta, observo todo a mi alrededor, es una casa preciosa, aunque por alguna razón no se siente como un hogar sino como un lugar frío y aunque hay buena iluminación igual parece tétrico. El señor Thompson sin duda tiene un don especial para quitarle la vida a todo lo que lo rodea, incluso Matt al entrar aquí está un poco más apagado, siento un alivio increíble al no ver al señor de la casa por ninguna parte, aún no se si estoy preparada para lidiar con él después de que casi me golpea la última vez que nos vimos.

— ¿Quieres algo de tomar? — me pregunta Matt cuando el silencio empieza a volverse incómodo y yo asiento, me toma de la mano y nos guía a la cocina, los azulejos son azules oscuros y las encimeras de un color casi negro, estoy segura de que la decoración de este lugar no fue deseada por Grace, Matt nos sirve jugo de naranja y me entrega un bonito vaso de cristal lleno del delicioso líquido.

— ¿Quieres mirar por tu cuenta mientras subo las maletas? — Asiento con una sonrisa— Bajaré enseguida y te daré un tour especial reservado solo para demonios sexys.

—Ve, no te preocupes por mí, si me pierdo siempre puedo llamarte para que vengas a mi rescate, estaré esperando por ese tour.

—No me tardo— me da un beso en los labios y luego recoge las maletas para llevarlas a la planta superior, lo escucho subir las escaleras con rapidez.

Comienzo por recorrer la casa y empiezo a darme cuenta de algunas similitudes con la mía, como el gimnasio; repaso cada una de las máquinas y veo una estantería con diversos trofeos de Fútbol americano que imagino pertenecen a Matt, hay varias toallas colgadas al derredor y aunque han sido lavadas aún conservan el olor a menta de mi novio. Cuando salgo de allí empiezo a escuchar ruidos sordos acompañados por otros sonidos que no logro reconocer, pero parece como si estuvieran golpeando a un cachorro, el lugar del cual proviene es similar a dónde se encuentra el despacho de mi padre en nuestra casa, me embarga la curiosidad y comienzo a caminar hacía la raíz de aquel ruido sospechoso.

Al llegar a la puerta de lo que parece un estudio u oficina, observo toda la escena que se desarrolla ante mí y todo se paraliza. El padre de mi novio está completamente desnudo de la cintura para abajo mientras agarra a una mujer, vestida de mucama, de las caderas y empuja dentro de ella.

No soy consciente de que he soltado el vaso de cristal que sostenía hasta que el estrépito que hace este contra el piso me devuelve a la realidad y alerta a la parejita frente a mí de mi presencia, escucho la voz de Matt llamarme con preocupación y luego varios pasos apresurados, el resto de las personas en la casa no tardan en llegar a mi lado y observan todo lo que se desarrolla en la oficina.

El señor Thompson sale de su estupor y se coloca el pantalón a gran velocidad mientras la mujer con lágrimas corriendo por su cara se baja del escritorio y se acomoda el vestido.

— ¿Qué rayos hacen aquí? — grita el padre de mi novio y casi quiero golpearlo por descarado, pero la señora Grace da unos pasos al frente y toma el control de la situación.

—Cariño parece que se te olvida que ésta también es mi casa y que yo puedo venir aquí cuando yo quiera. A lo mejor la pregunta la debería hacer yo, aunque no es difícil saber lo que estaba pasando cuando hemos llegado a la puerta, se supone que estás casado conmigo pero estás aquí teniendo intimidad con una de nuestras empleadas— la señora Grace emite bastante firmeza tanto en la voz como en la postura, parece que el señor Thompson también lo nota y empieza a palidecer — ¿sabes lo que esto significa, verdad?, cuando nos casamos firmamos un trato en el cual dice que si cualquiera de los dos cometía infidelidad y el otro tenía pruebas de ello, inmediatamente se procedería con el divorcio y el 90% de los bienes pasaría a manos de la persona engañada, en éste caso es a mí.

—No puedes hacerme eso— responde el señor Thompson, su postura de hombre rudo y prepotente haciéndose añicos y todos los demás parecemos estatuas sin podernos mover ni dejar de presenciar toda la situación.

—Claro que puedo, primero que todo tengo testigos, incluso nuestro hijo es uno de ellos lo cual lo hace un testigo principal. Además parece que se te olvidó que hace dos meses se instalaron varias cámaras en la casa y que aquí hay una de ellas— señala hacia una esquina dónde evidentemente hay una cámara de seguridad emitiendo un parpadeo que confirma que ha estado filmando todo — Daniel por favor ve al cuarto de seguridad y extrae las imágenes de las últimas dos horas— un chico que supongo que es Daniel, que no tengo ni idea de cuando apareció, asiente y se dirige al lugar que le ordenaron —Señora Rizzo podría ponerse en contacto con el abogado que me mencionó la vez pasada y decirle que venga.

—Claro que sí, ya mismo me comunico con él— mi madre camina por el pasillo mientras saca su teléfono celular.

—Audrey por favor abandona mi casa, tienes toda la libertad del mundo si quieres demandar por acoso laboral al señor Thompson, pero lamentablemente ya no te quiero como empleada de esta casa. Te enviaré tu pago y tu liquidación a tu cuenta bancaria así que ya no tienes que molestarte en volver—. La mujer intenta excusarse, pero la señora Grace le da una mirada fulminante y ella pasa por nuestro lado llorando mientras se dirige a la salida.

—Brina, podrías llevar a Matt a su habitación e intentar hablar con él mientras yo soluciono algunas cosas que me faltan con el señor Thompson— asiento y por primera vez miro a Matt, tiene la cara fruncida en lo que parece ira contenida, sus puños están apretados y sus ojos cristalizados, acaricio uno de sus brazos y lo llamo.

—Matt, ven conmigo...

Tenías Que Ser Tú (Amor I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora