06: Estrategia

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Cuando JongIn salió de su casa esa mañana, no creyó que las cosas se saldrían de su rutina. Como todos los sábados, se levantó un temprano, al menos mucho antes que los demás. Rondaban las ocho de la mañana, el despertador sonó y se levantó como un resorte, pese a que no tenía demasiadas ganas de hacerlo.

JongIn volvió a acostarse mientras suspiraba, con los recuerdos de los últimos acontecimientos vividos en su casa desde que KyungSoo había venido a ver películas con su hermano. Se desperezó, soltando un bostezo mientras se pasaba las manos por los ojos, tallándolos con suavidad, irguiéndose hasta quedar sentado, viendo a la nada.

Él había escuchado demasiado aquella noche y había decidido subir a su habitación, ponerse los audífonos y escuchar música a todo volumen por si a su hermano mayor se le ocurría la grandiosa idea de follar con su novio, no tener que escucharlo.

Todo iba como la mierda, su hermano estaba fraternizando con el vecino y él se sentía molesto por ello; porque KyungSoo no le gustaba en absoluto. Además de que eso era problemático. Con JongDae teniendo novio significaba que iba a dejarlo de lado más de lo que ya lo hacía por ese estúpido vaquerito.

Había rodado los ojos ante sus propios pensamientos, comenzando a imaginar escenas demasiado bobas y románticas en la casa y en la escuela de esos dos, empuñando las manos porque ni siquiera se veían bien.

No es que KyungSoo fuese del todo... feo, pero JongDae definitivamente se merecía a alguien diferente.

Terminó de despabilarse mientras estiraba los brazos hacia el techo y sonrió, porque iría a correr y se despejaría de todos esos pensamientos inútiles que seguían rondándole en la cabeza.

Así que se puso de pie y se encaminó al baño para darse una rápida ducha antes de ponerse un conjunto deportivo a base de pants y una sudadera gris. Tomó el celular y se lo metió en la bolsa de la sudadera, acercándose a su pequeño tocador para verse al espejo y peinarse sus cabellos un tanto rebeldes con sus propias manos.

JongIn sonrió mientras se observaba porque era jodidamente apuesto y lo sabía. Así que después de un buen cumplido matutino, salió de su cuarto para bajar las escaleras y encaminarse a la cocina por un vaso de agua.

Se observó las agujetas de los tenis porque siempre olvidaba atarlas y después suspiró, porque todos en casa aparentemente dormían mientras que él ya estaba listo para comenzar el día de la mejor manera.

Así que se apresuró a salir por la puerta principal, cerrando con sus llaves que se encargó de guardar en la bolsa de la sudadera esperando que ese día no se le perdieran, para que JunMyeon no lo regañara como siempre lo hacía, con la excusa de que no iban a estar gastando en cambiar la chapa de la entrada una y otra vez.

Y cuando comenzó a caminar por la acera se detuvo por completo al observar la puerta del automóvil de la vecina completamente abierta, mientras que ella lidiaba con un montón de bolsas del supermercado.

La mujer era bajita, tenía la piel demasiado blanca y los cabellos oscuros, haciéndola lucir demasiado guapa. Sus facciones eran preciosas y aunque tenía una pequeña nariz, JongIn podía reconocer a la mamá de su vecino nuevo en un instante.

Era Do TaeYeon, quien había horneado galletas para su hermano, JongIn resopló mientras la mujer casi soltaba una bolsa llena de latas de comida, soltando un gritito por ello.

Oposición ❀ KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora